Daos fraternalmente la paz", pero sin tocaros los unos a los otros. Los consejos de higiene hechos públicos el pasado viernes por la ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, para evitar la propagación del nuevo virus de la gripe, el AH1N1, ya se aplican en la basílica de Alicante. El cura párroco de Santa María se adelantó ayer a cualquier recomendación de la Conferencia Episcopal y no dudó aconsejar encarecidamente a sus fieles que recuperaran "el saludo en forma de reverencia" para darse la paz, en lugar de utilizar las formas tradicionales "como el beso, abrazo o el apretón de manos". El objetivo de esta medida no es otro que reducir las posibilidades de contagio al limitar el contacto con las manos o la saliva de terceras personas.

"Como el propio cura comprenderá, no voy a dejar de darle un beso a mi mujer, ni le voy a rechazar la mano a alguien que me la ofrezca en misa", apuntaba, algo divertido, un señor de Madrid a la salida de la iglesia de la calle Villavieja de la capital. Lo cierto es que tras una homilía dedicada casi en exclusiva a concienciar a los fieles sobre la necesidad de seguir las recomendaciones sanitarias, los feligreses no supieron demasiado bien cómo actuar en el ya esperado momento de darse la paz. La mayoría de los cerca de 30 asistentes a a eucaristía se giraron hacia sus vecinos de banco con una leve inclinación de cabeza, aunque también hubo quien titubeó y terminó alargando la mano o besando a su acompañante. "Como es evidente, no puedo prohibir que os deis la paz como mejor estiméis, pero mi consejo es que recuperemos la reverencia", apuntó Vivo durante la celebración de la eucaristía de la mañana.

Los 14.391 nuevos casos de gripe A registrados en España en tan sólo una semana fueron también motivo para que el párroco de Santa María incluyera entre sus ruegos "evitar el contagio de la gripe A".

"Lo he visto un poco reiterativo, y poco eficaz. Nos recomiendan no darnos la paz o pero no nos dicen nada de tomar la comunión con las manos en vez de recibirla de las del sacerdote. Creo que es mucho más higiénico lo segundo", apuntó una mujer de mediana edad.

"Suprimimos los apretones de manos y los abrazos de felicitación para atender a las normas sanitarias de la ministra de Sanidad y para que el poder político y la Iglesia aprendamos el respeto mutuo en la convivencia social, sobre todo, cuando se refiere a la defensa de la vida", aseguró el sacerdote al término de la celebración religiosa. "Creo que es responsable seguir las indicaciones de Sanidad. Pero lo más importante de todo esto no es evitar el contagio, sino proteger la vida. Me hubiese gustado que la ministra hubiese sido más sincera y menos política, porque no hizo alusión a la promiscuidad juvenil cuando recomendó evitar los besos y los abrazos", reflexionó el párroco.

Vivo sigue así los pasos del deán de la catedral de Toledo que hace unos días solicitaba a los fieles que cambiaran el beso a la medalla de la Virgen del Sagrario por un simple toque con la mano para seguir las indicaciones.