José Ramón García Antón llegó a la Generalitat en 1995 como director general de Obras Públicas en la conselleria que entonces dirigía Luis Fernando Cartagena. Quizá por ello y por su condición de Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos comenzó una carrera que le iba a convertir en el impulsor de las grandes infraestructuras autonómicas de la provincia en los últimos catorce años. Entre ellas, el Plan Antirriadas diseñado tras la gota fría que asoló Alicante el 30 de septiembre de 1997; el desarrollo de la red tranviaria (TRAM) y, en parte también, de la ampliación del Puerto.
Junto a Luis Fernando Cartagena y Eduardo Zaplana diseñó y terminó ejecutando, tras la dimisión del primero, el Plan Antirriadas, una obra muy complicada y poco lucida porque consistió en "enterrar" cerca de 20.000 millones de las antiguas pesetas en la construcción de una red de colectores para impedir que el agua de las lluvias torrenciales volviera a entrar con virulencia en el casco urbano de la capital de la provincia. La ciudad no ha vuelto a inundarse.
Ya en plena forma y con toda la política de infraestructuras a sus espaldas, García Antón apostó por la recuperación del tranvía como medio de transporte público de futuro. Recibió muchas críticas pero lo puso en marcha y lo dejó en bandeja para su sucesor, Mario Flores. En septiembre, el tranvía llegará a la Playa de San Juan y pronto lo hará al Campus de San Vicente tras partir del corazón de la ciudad.
Pero si éstas han sido dos de sus grandes aportaciones a la historia de la ciudad, en el haber de José Ramón García Antón quedan otras muchas, no tan mediáticas pero tan importantes como la autovía Sax-Castalla, la ronda San Vicente-Sant Joan, la prolongación de Alfonso El Sabio, la remodelación de la avenida de Dénia en Alicante o las depuradoras que ha puesto en marcha en sus catorce años como alto cargo del Consell. También participó activamente en el diseño del trasvase Júcar-Vinalopó y en la modernización de los sistemas de riego en la provincia.