La Policía Nacional investiga la llegada de una nueva patera a la costa de la provincia, la segunda en menos de 24 horas, que ayer fue localizada en el Cabo de las Huertas de Alicante. Sus ocupantes, entre cinco y ocho personas según las fuentes, todavía no han sido localizados ya que cuando los agentes llegaron al lugar ya habían huido. Todo apunta a que las dos embarcaciones estarían relacionadas y que habrían sido liberadas a unas 40 millas mar adentro desde un mismo buque nodriza, según fuentes cercanas al caso.

Fueron los bañistas que en esos momentos se encontraban en la zona, una de las pequeñas calas rocosas que hay justo debajo del faro, los que llamaron a la Policía para advertir que había "varias personas" bajando de un bote en circunstancias extrañas. "Los vi pasar sobre las diez y media y me llamó la atención que iban muchos para una embarcación tan pequeña", explicó uno de los testigos del suceso, Fabio David Álvarez, que en ese momento se encontraba realizando prácticas de buceo.

Inmediatamente se dirigieron hasta allí varias patrullas de la Policía Nacional que ya encontraron el bote vacío e iniciaron, sin éxito, un dispositivo de búsqueda por los alrededores, según fuentes oficiales. Los agentes avisaron entonces a la Guardia Civil, que se encargó de remolcar la patera hasta el Puerto de Alicante con una de sus lanchas. "La han atado con una cuerda, han metido dentro dos bolsas grandes y se la han llevado", apuntaba Paula Martínez, una bañista que contempló la escena.

Al parecer, los ocupantes se encontraban en buen estado e iban bien vestidos, como ya ocurrió con los ochos inmigrantes irregulares que el viernes fueron rescatados por un pesquero a 33 millas de Dénia. Esta coincidencia y la notable similitud entre las dos pateras, ambas con apenas dos metros de longitud y un pequeño motor fueraborda, hace pensar a los investigadores que procedían de un mismo buque nodriza que las habría dejado frente a la costa alicantina, según fuentes de la Guardia Civil. De hecho, no se descarta que se hayan producido varios desembarcos más que no habrían sido detectados ya que las mafias intentan "sacar el máximo provecho económico a cada uno de los viajes que realizan", añaden las mismas fuentes.

En este sentido, recuerdan que la primera vez que este fenómeno llegó a la provincia, en septiembre del año 2007, fueron cinco las embarcaciones que se localizaron en Pilar de la Horadada, Guardamar, El Campello y Benidorm en una sola jornada. El sistema suele ser siempre el mismo. Un barco de grandes dimensiones se encarga de trasladar a los inmigrantes irregulares desde el norte de África, generalmente desde Argelia, hasta alcanzar algún punto a unas 40 millas de la costa alicantina. Una vez en el lugar elegido va diseminando a los "sin papeles" en pequeñas embarcaciones.

Poco combustible

"Los dejan con la gasolina justa para llegar a tierra y les indican la dirección del Cabo de Palos para que no se concentren todos en la misma zona", aseguran desde la Benemérita. En el caso de la patera de Dénia, el motor de la embarcación se rompió poco después de abandonar el barco nodriza lo que impidió que pudieran acercarse más a la costa. La aparición del pesquero "Lasal i Surdo" seguramente les salvó de fallecer ahogados.

El buen funcionamiento de los radares instalados en Andalucía es lo que ha causado que las rutas del tráfico de personas entre África y la península se haya desplazado hasta Murcia y Alicante. En la provincia, de momento, opera un dispositivo móvil pero todavía se trabaja en la instalación del radar fijo que debe controlar el tráfico de pateras y de drogas desde el cabo de San Antonio.