Ricardo Costa no caminó solo hasta la puerta del TSJ para declarar como imputado por un delito de cohecho en el marco de la operación Gürtel. Los principales dirigentes de la cúpula popular y del grupo en las Cortes arroparon al número dos de Francisco Camps en el PP a su llegada al alto tribunal valenciano. Todavía con las secuelas visibles del accidente de coche que sufrió hace unos días, Costa llegó al TSJ a las 11,15 de la mañana, 45 minutos antes de declarar, acompañado de todos los vicesecretarios de la dirección autonómica del PP. Un respaldo que contrastó con la soledad de Víctor Campos, el primer vicepresidente que tuvo Camps, que únicamente se presentó con su abogado.

Tras la decisión del juez Flors de retrasar la comparecencia del jefe del Consell, la declaración de Ricardo Costa, secretario general del PP y síndic en las Cortes, se había convertido en la gran cita de la jornada. A Costa, al margen de amigos, le arroparon en el TSJ tres de los vicesecretarios -David Serra, César Augusto Asencio y Marta Torrado- además de la tesorera del PP y diputada autonómica, Yolanda García Santos. La escenografía del respaldo a Costa se había fraguado durante la noche del lunes, horas antes de la declaración del secretario general del PP como imputado. Al margen de Camps, todos los que conducen el "día a día" de la formación estaban con Ricardo Costa. "Nosotros damos la cara", resumió el alcalde de Crevillent, César Augusto Asencio.

Los dirigentes populares, que a su vez copan los puestos más destacados del grupo en las Cortes, entraron con Costa en la sede del alto tribunal valenciano. Lo dejaron en el rellano de la escalera, explicaron fuentes del PP, y, desde ese punto, el secretario general de los populares sí se marchó en solitario en dirección al despacho del juez Flors. ¿La declaración? El nerviosismo continúa en el PP. Hay una preocupación evidente porque nadie sabe muy bien en la cúpula popular qué rumbo lleva una investigación que afecta al corazón de los populares valencianos -a Costa y al propio Francisco Camps- y a, quizá, la piedra angular de la gestión del Consell: la adjudicación de contratos. Eso sí, de puertas para afuera, trataron de aparentar, tanto en el PP como en Presidencia, una cierta imagen de tranquilidad. "Después de esta primera declaración estamos mejor que ayer", apuntaron desde la dirección regional.

En las filas populares estaba todo tan previsto y tan organizado que, cuando la declaración de Ricardo Costa tocaba a su fin, los dirigentes del PP recibieron una llamada para volver a la sede del alto tribunal valenciano. Allí esperaron que su secretario general acabara la comparecencia para flanquearlo en la salida y dejarlo en la puerta del coche oficial. "Ha ido muy bien", les confesó Ricardo Costa a sus compañeros en la cúpula del PP durante el corto trayecto, explicaron estas mismas fuentes.

Costa con apoyos y Víctor Campos más solo que la una. El primer vicepresidente de los gobiernos de Camps llegó con la única compañía de su abogado al TSJ. Molesto, explicaron fuentes del PP, con el doble rasero con el que se le ha tratado -su imputación le ha costado la suspensión de militancia a diferencia de Camps y Costa, en la misma situación judicial que él- el ex vicepresidente se limitó a decir que estaba "tranquilo".