El freno en el sector de la construcción, así como el contexto general de crisis económica, ha contribuido a incrementar en un 83 por ciento el número de hombres jóvenes parados durante el último año. Según los datos de noviembre de 2008 del Instituto Nacional de Empleo (INEM), 10.318 chicos menores de 25 años están sin trabajo en la provincia, frente a los 5.637 que se encontraban en esa situación en el mismo mes de 2007. Una cifra que, además, ya suponía un fuerte incremento en relación a 2006.

De esta forma, la tendencia a la "masculinización" del paro juvenil que se estaba comenzando a producir el año pasado se puede dar ya como un hecho. En la actualidad hay 3.000 chicos desempleados más que chicas y, además, siete de cada diez nuevos parados menores de 25 años registrados desde noviembre de 2007 han sido hombres. De cualquier forma, las mujeres tampoco se han librado de este fenómeno, ya que el número de desempleadas ha aumentado casi un 37 por ciento, hasta las 7.120.

El componente masculino del paro resulta más evidente aún si las cifras se desglosan por sectores. Así, sólo la construcción aporta 3.033 parados menores de 25 años, casi un tercio del total, mientras que en la industria hay otros 1.349, por sólo 117 y 682 chicas, respectivamente. En los servicios, la balanza está más equilibrada, al igual que en el caso de los jóvenes sin empleo anterior. No obstante, llama la atención que en este colectivo también crece más el paro entre los chicos.

Desde CC OO inciden en que en los últimos meses se está consolidando una tendencia que ya se advertía a finales del año pasado, y que, según el portavoz del sindicato en l'Alacantí, Salvador Roig, ha supuesto un "cambio en el perfil de la persona parada". Así, alude a que cada vez es más frecuente encontrar a jóvenes parados, algo que relaciona con el "fracaso escolar". Roig explica que, en la fase de crecimiento económico, "mucha gente abandonaba los estudios porque podía trabajar en cualquier cosa", aunque otra cuestión era "la calidad de ese trabajo". En este sentido, se refiere a las facilidades que daban sectores como la construcción, pero también a la baja cualificación de buena parte de esos empleos.

De esta forma, se ha producido una "confluencia de factores", ya que, por una parte, "hay miles de jóvenes fuera del mercado de trabajo" y, por otro, sus bajas cotizaciones a la Seguridad Social han hecho que ahora "perciban subsidios de poca cuantía". Esto, a medio plazo, podría acarrear "graves problemas económicos" a un importante número de chicos y chicas. Por ello, Roig señala que las administraciones "deben atender las necesidades de este nuevo perfil y potenciar la formación para ofrecer un reciclaje profesional". De lo contrario, dice, estas personas "pueden caerse del sistema".