U na joven de 23 años resultó ayer herida de gravedad al quemar presuntamente su ex pareja el coche en el que previamente la había encerrado, según informaron fuentes policiales y testigos presenciales. El agresor fue detenido en el mismo lugar de los hechos, en las inmediaciones de una estación de servicio a la altura del número 70 de la avenida de Novelda, en el barrio alicantino de Los Ángeles. La agresión se registró poco antes de las 11.30 horas tras una fuerte discusión entre la chica, A.F.D.L.S., de 23 años y de nacionalidad española, y el supuesto agresor, de unos 30 años y también de nacionalidad española y que al parecer tienen una niña en común. La Policía investiga la vinculación entre ambos, ya que podían estar manteniendo otra vez una relación sentimental, según informaron fuentes de la Comisaría Centro.

El agresor tenía su coche aparcado en un solar detrás de la gasolinera, junto a la calle Venezuela, donde reside ella, y tras una fuerte discusión el joven entró en la estación de servicio, pidió que le llenarán de combustible una botella litro y medio de agua vacía, salió con ella y se dirigió al coche, un Audi A4, cerró las puertas con la chica dentro, roció el vehículo y le prendió fuego, según relataron testigos presenciales.

Mientras el joven se quedaba contemplando cómo ardía su coche, la mujer lograba salir por su propio pie y envuelta en llamas, tras unos eternos segundos, del vehículo en el que la habían encerrado. Caminó unos 20 metros hasta la gasolinera, donde un empleado empezó a tirarle agua para apagar las llamas, ya que tenía la ropa, el pelo y parte del cuerpo ardiendo. Antes, el empleado había avisado a los bomberos al ver la humareda minutos después de irse el joven con el combustible, pero no había visto a la chica que había dentro y no se imaginaba realmente lo que estaba sucediendo.

Cuando llegaron los bomberos acabaron de sofocar las llamas de la joven, que se había quedado tumbada en la acera, y una unidad del Samu que acudió a la zona le dio allí mismo las primeras atenciones sanitarias, sedándola para calmarle los fuertes dolores que le causaban las quemaduras. La joven fue rápidamente trasladada hasta el Hospital General de Alicante, donde quedó ingresada con pronóstico grave. Testigos presenciales explicaron que la joven «se estaba quemando viva. Tenía el pelo quemado y de la piel le salía humo. Estaba carbonizada y no paraba de gritar y llorar, preguntando por su hija y diciendo que le dolía mucho, que sentía pinchazos muy fuertes». La mujer sufrió quemaduras de segundo y tercer grado en el 28 por ciento del cuerpo, estando localizadas las lesiones más importantes en la espalda, las piernas y los brazos.

Por ello, tuvo que ser trasladada al Hospital General de Alicante. Ayer tarde permanecía en la UCI sedada y una vez que se estabilizara la situación, se esperaba que fuera trasladada a planta. Debido a que su pronóstico es de grave funcional y no vital, no se contemplaba la posibilidad de llevarla a la Unidad de Quemados del Hospital de La Fe, en Valencia, y no se temía en un principio por su vida.

Por su parte los bomberos extinguieron el incendio del coche sin problemas, y pese a su proximidad con la gasolinera y unas bombonas de gas butano no se corrió ningún peligro por su rápida actuación ni se desalojó la zona.

Problemas psicológicos Del mismo modo la Policía Nacional detuvo en el lugar de los hechos al presunto agresor, que en un principio no trató de huir y que se mostraba muy tranquilo. Con la llegada de la Policía el hombre evidenció su voluntad de autolesionarse, aunque finalmente no sufrió ningún daño físico, según las mismas fuentes. Los vecinos de la zona explicaron que se trata de una persona corpulenta y con problemas psicológicos, que llevaba «bastante tiempo» con la agredida con altibajos y temporadas en las que no estaban juntos, como al parecer pasaba ahora, y que el detenido tuvo una anterior relación en la que su pareja lo dejó porque al parecer le pegaba.

A la zona acudieron miembros de la Policía Científica de la Policía Nacional, que estuvieron tomando pruebas del coche, que quedó totalmente calcinado, mientras que se acordonaba la zona y decenas de vecinos se acercaban para interesarse por lo que había ocurrido. Del mismo modo los agentes también recababan testimonios de testigos y conocidos de ambos. Ella vivía en el número 10 de la calle Venezuela, frente al solar donde se produjo la agresión, y él en una casa de la zona. Ambos tienen una hija en común, de siete años, y que se encontraba con la madre de ella en el momento de los hechos.