«Él estaba sentado frente al coche ardiendo mirando cómo ella, dentro del coche, golpeaba las puertas y ventanas tratando de salir del vehículo en llamas». De esta forma relataba José, uno de los testigos, lo que vio ayer en Alicante. Explicaba que el agresor, un hombre corpulento, volvió al coche con la gasolina, cerraba las puertas, echaba el líquido inflamable por el vehículo y le prendía fuego. Los testigos destacan ante todo la tranquilidad del agresor después de quemar el coche.

Martín, el empleado que le vendió la gasolina, explicaba que el agresor cuando entró en la estación aparentaba estar «tranquilo» e incluso le dio propina. Martín relató que el detenido, a quien conoce como cliente habitual, se presentó con una botella de agua vacía. «Me dijo si le podía echar gasolina ahí. Le pregunté que cuánto y me respondió: "llénala"», sin mostrar signos externos de nerviosismo. Éste dedujo erróneamente que sería combustible para la moto de ella y le puso 1,5 litros de gasolina, dándole 50 céntimos de euro de propina.

El cliente «se fue hacia la zona de atrás y, por lo visto, prendió su coche, con su ex novia dentro». Repitió que el presunto agresor «parecía tan normal» y «tranquilo», por lo que «en ningún momento se podía imaginar lo que iba a hacer».

En el momento en que el dependiente se percató de que había humo detrás de la gasolinera, dio aviso a los bomberos y a la Policía. Instantes después vio cómo la mujer estaba en la esquina de la calle pidiendo auxilio, «muy asustada» y «con la ropa, pelo y manos quemadas» mientras que el hombre permanecía «sentado en el murete junto al coche y mirando al suelo» en una actitud «como de loco».