D icen que el fútbol levanta pasiones, que une a las personas sin importar de dónde vienen ni cuál es el color de su piel. Sin duda es una buena razón para hermanarse y, al menos ayer, así lo fue. 600 jugadores afincados en la ciudad, 12 países (Bolivia, Rumanía, España, Marruecos, Colombia, Senegal, Paraguay, Argentina, Ecuador, Ghana, Nigeria y Gambia); se concentraron en el parque Lo Morant de Alicante para disputar un mundialito organizado por la Caja de Ahorros del Mediterráneo y el Colectivo Intercultural Virgen del Remedio. Un objetivo: «la integración» bajo el lema «El mundo con un balón».

Es el segundo campeonato que se celebra en el barrio alicantino y la consolidación de este evento se demostró en las gradas repletas de gente. Vecinos, amigos, familiares, todos de diferentes razas, unidos entre sí y disfrutando del deporte rey. Elena Fernández, coordinadora del colectivo quiso remarcar «el buen ambiente que se respira en la competición». Música, comida, todo lo necesario para permanecer animando a los jugadores de uno u otro equipo.

Raaba, jugador de Ghana, reconoce que la realización de estos eventos «están muy bien y ayudan a la integración». El capitán del equipo africano, Omar, destaca que «es muy importante para conocerse mejor».

Tito, capitán de Ecuador comenta que «es una manera de unir a la gente, de disfrutar y de que los pueblos se acerquen». Por otra parte, Fabián, líder del equipo colombiano asegura que con el fútbol «se consiguen muchas cosas, pero lo importante es que se mejoren las pistas para que podamos practicar deporte». Un fin de semana lúdico y folclórico con medallas para todos con el que se pretende unir a los vecinos de la zona y en el que el único vencedor será la integración. En cuanto a los partidos, las rivalidades se pudieron observar durante todo el campeonato, eso sí, buenas formas, pocas tarjetas y detalles de calidad de algunos jugadores que bien podrían despuntar en algún equipo profesional. Tras la final, que se disputa hoy a las doce de la maña, habrá una comida.