L a Audiencia Provincial ha impuesto seis meses de cárcel a una mujer que se casó por segunda vez en la concatedral de San Nicolás de Alicante sin estar divorciada. La Sección Tercera ha revocado la absolución de un juez de lo Penal que falló que no todo el mundo tiene por qué conocer la diferencia entre separación y divorcio. La Audiencia también ha impuesto seis meses de cárcel al segundo marido al considerar que era consciente de que su novia no estaba divorciada. El fallo, que es firme, anula el segundo enlace a pesar de que la mujer logró el divorcio de su primer marido. Los dos condenados declararon en el juicio que los curas les dijeron que las bodas civiles «no tenían ninguna validez». El juez de Instrucción llegó a imputar al sacerdote que ofició la boda - Ramón Egío, párroco de la concatedral - , aunque la fiscal retiró la acusación contra él.

La acusada se casó por primera vez el 12 de noviembre de 1993 en el Registro Civil de Alicante. El juzgado de Primera Instancia número ocho de Alicante dictó sentencia de separación matrimonial el 28 de junio de 2002. La mujer se volvió a casar en la concatedral de San Nicolás de Alicante el 22 de mayo de 2004 con su nueva pareja a pesar de que no se había divorciado todavía. Los responsables del Registro Civil de Alicante inscribieron el matrimonio tres días después. Tanto en la inscripción de matrimonio como en el expediente matrimonial la condenada figuraba como soltera. Un año después, el juzgado de Primera Instancia número diez de Alicante declaró la disolución del primer matrimonio por divorcio, según recoge el apartado de hechos probados de la sentencia del juez de lo Penal, que ha asumido la Audiencia.

El magistrado de lo Penal decidió absolver a los dos acusados porque desconocían la diferencia jurídica entre divorcio y separación. Sin embargo, la Audiencia no tiene dudas de que es imposible que alguien culto lo desconozca.

La sentencia de la Audiencia advierte de que la mujer bígama estuvo percibiendo la pensión de su primer marido tras su segunda boda. El fallo incide en que el proceso de separación fue conflictivo por lo que «conocía los efectos» que tenía. Los magistrados de la Audiencia consideran que es «impensable que casándose en una iglesia tan conocida como San Nicolás» los sacerdotes «no le hicieran las preguntas adecuadas» para averiguar si se podía casar. La sentencia insiste en que es «imposible que participando en un cursillo prematrimonial», «no se plantease la legalidad del segundo matrimonio».

El caso de bigamia se descubrió por casualidad. El primer marido de la mujer se enteró que tenía novio y encargó a un detective que la siguiera para dejar de pasar la pensión. El detective le informó de que su mujer no sólo tenía novio si no que había contraído matrimonio en la concatedral.