Con cuatro años Isabel entró en San Blas Bajo, donde tuvo varios cargos infantiles. En 2001 pasó a La Viña para ser dama y por fin cumple su sueño de ser belleza ya que no pudo serlo infantil. «Me gusta vestir el traje de la Fiesta, llevarle el ramo a la patrona y la cremà, la sensación de ver quemar la hoguera me encanta». Afirma que sus padres «están más contentos que yo» viéndola como belleza y de su hoguera destaca «lo bien que me tratan y lo mucho que trabajan, intentan conseguir lo que se proponen».