E l presidente del PSPV, Diego Maciá, consideró ayer que las protestas del PP contra el Gobierno «crispan, dividen y no aportan nada en la lucha contra el terrorismo». A su juicio, los populares «han entrado en un terreno muy peligroso», al optar por «una estrategia de enfrentamiento permanente» . Así, estimó que los «insultos y descalificaciones» que se están vertiendo «están sirviendo para abrir brecha entre la ciudadanía en torno a asuntos que deberían ser de Estado». El dirigente socialista reiteró que el PP está «mintiendo y manipulando» a los ciudadanos, algo que, en su opinión, está «afectando a la convivencia, que tanto trabajo y esfuerzo costó en nuestro país». Para Maciá, esta actitud demuestra que «los populares todavía no han asumido su pasada derrota electoral», algo que tachó de «irresponsable e impropia de un partido con vocación democrática». El responsable temió que de esta forma se esté «dando voz a sectores reaccionarios y no democráticos hasta ahora dormidos». Por ello, hizo un llamamiento a «la responsabilidad y la cordura», de manera que los dirigentes populares «recobren el camino del consenso en asuntos de Estado, como lo es el terrorismo».

El presidente de los socialistas valencianos y alcalde de Elche insistió en que, en este tipo de temas, los partidos políticos, al margen de que gobiernen o se encuentren en la oposición, « deberían mantener posiciones consensuadas y firmes». Maciá señaló que «así demostró el PSOE cuando estuvo en la oposición durante el Gobierno de Aznar», pero que ahora ese consenso «se ha roto por uso electoralista y partidario del PP», lo cual «está crispando la sociedad».

Por su parte, la coordinadora de EU, Glòria Marcos, acusó al presidente de la Generalitat, Francisco Camps, de «ponerse al frente de la delegación valenciana que se enfrenta al Estado de Derecho» en la manifestación que convocó ayer en Madrid el PP. En su opinión, los populares han emprendido una estrategia del «guerracivilismo», emulando, dijo, al político de la Segunda República José María Gil Robles y a su partido, la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA);, que «perdió las elecciones en 1936 y no aceptó el resultado». Por ello, estimó que el PP sigue sus pasos de «crispación en base a un discurso demagógico y revanchista». Marcos reiteró que los populares «no aceptan las reglas del juego y por eso se moviliza contra la legalidad», yendo en contra de «los pilares de la democracia». La también candidata a presidir la Generalitat lamentó el «espectáculo» ofrecido el viernes en la manifestación de Valencia, donde «escondieron el aguilucho pero «fueron de la mano del camisa azul» Juan García Sentandreu, presidente de Coalición Valenciana. Según dijo, el PP no sólo «renuncia a la paz», sino que además «intenta evitar que otros la busquen». En este sentido, recordó que José María Aznar «negoció con ETA e impulsó beneficios penitenciarios sin precedentes para los terroristas encarcelados».

Sin embargo, prosiguió, los populares « no soportan que sea un Ejecutivo de otro color quien logre acabar con ETA», porque eso «les perjudicaría electoralmente». Por ese motivo, recalcó, «han decidido poner por delante sus miserables intereses ante los comicios que la racionalidad y la paz». Agregó que, de esta forma, «Camps ha dimitido en su papel de presidente de la Generalitat y ha puesto todo el aparato del Consell a las órdenes de Rajoy».