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as había citado el abogado Ferrer para que se pudiera ver "qué clase de personas han resultado afectadas" y en verdad cumplió su objetivo, pues ambos testimonios resultaron relevantes, hasta el punto que en el caso de Filomena, el presidente del tribunal pidió que constara en acta su edad. En la sala no se precisó, pero a la salida la interesada la reveló con orgullo: "en marzo cumplo 86".

Fue acompañada hasta la silla de los testigos, pero luego se valió sola. "¿Me oye?", le preguntó el presidente. "Sí, llevo aparato", contestó. Explicó que tenía 3,5 millones de pesetas ahorrados, lo que suponía todo su dinero, y respondió con claridad a todas las preguntas de los abogados, refiriendo que cobró el 18% del dinero recuperado hace un tiempo.

Más doloroso resultó el testimonio de Julia Cornago, que había ingresado en la Caja de Crédito los 2,5 millones de pesetas que había podido ahorrar de su trabajo en la cocina de un bar restaurante de Alcoy. Refirió que el 18% lo percibió, pero que la ayuda de la Generalitat no pudo cobrarla. "Estuve un año en el Hospital porque mi hija cogió una depresión y se murió, por lo que no me enteré de nada", relató. Esta alcoyana de 70 años no ha tenido suerte precisamente, pues en los últimos tiempos ha tenido que abandonar su casa, ya que residía en el grupo de La Portalà, ahora en reconstrucción.

Cinco de los siete testigos que declararon ayer tenían depositados varios millones de pesetas en la Caja de Alcoy, que perdieron tras la crisis de la entidad, a partir de julio de 1993; Florencia Yusta fue la que más, con cinco millones de pesetas, mientras dos no alcanzaron el millón.

María Consuelo Moltó declaró como testigo y fue interrogada en su calidad de síndico. De hecho, el letrado de Jesús Llopis le preguntó por qué siendo ama de casa firmó que la quiebra de la Caja de Crédito había sido fraudulenta, a lo que la citada replicó que "lo hice porque los técnicos sí lo dijeron", en referencia a los síndicos auditores.

El juicio, por último, concluyó al mediodía de ayer por esta semana y no se reanudará hasta el próximo martes, a las diez de la mañana. La segunda semana de la vista está reservada también para la declaración de testigos, continuando en primer lugar con los que han sido propuestos por la acusación particular.

"Mucha gente se quedó sin nada. Fue sangrante"

Caty López, afectada y síndico de la quiebra, declaró ayer que "el tema de la Caja de Crédito de Alcoy fue sangrante. Había gente que se quedó sin nada y mucha gente mayor, por lo que fue un clamor". Por este motivo, indicó, la Generalitat Valenciana arbitró una ayuda "social" para buena parte de los afectados, dado que la entidad de ahorro no estaba adherida al Fondo de Garantía de Depósitos. Por su parte, el abogado Manuel Maza hizo hincapié en los interrogatorios en que de estas ayudas y los fondos recuperados quedaron excluidos los miembros del consejo rector, aunque ninguno de los testigos dijo recordarlo.