La Guardia Civil ha detenido en Ibi a dos hombres de 64 y 49 años como presuntos autores de un delito de tráfico de drogas. Uno de ellos se valía de su oficio de carpintero para tallar y modificar marcos de cuadros para ocultar cocaína en su interior, mientras que el otro regentaba un bar y tenía las dosis en la caja registradora para suministrarlas entre los clientes.

Tras una larga y difícil investigación, la Guardia Civil ha desmantelado uno de los principales puntos de venta de cocaína en Ibi, Castalla y Onil, cuyo único detenido es un hombre de nacionalidad española cercano a su jubilación que, al parecer, utilizaba su oficio de carpintero para tallar y modificar objetos como marcos o cuadros de madera, dejándolos huecos por dentro, para ocultar la droga en su interior y suministrarla sin levantar sospechas.

Los agentes detectaron, además, que sus clientes, de una edad de entre 40 y 60 años, tenían plena confianza en él porque era extremadamente cuidadoso en las transacciones, especialmente cuando acudían a su casa y les indicaba cómo esconder la droga para evitar que la Guardia Civil la localizara.

Una vez los agentes procedieron a realizar los registros en su vivienda, en el taller de carpintería y en el vehículo, se incautaron 80 dosis de cocaína, útiles para el corte, cocinado, dosificación y envasado de la cocaína, y más de 3.500 euros en efectivo. Una vez puesto a disposición judicial, se ha decretado su ingreso en prisión.

El otro punto de venta desmantelado fue en un bar también de Ibi, donde los agentes realizaron una inspección. Al abrir la caja registradora descubrieron en su interior varias dosis de cocaína, listas para ser dispensadas a los clientes. El resto de la droga estaba almacenada en una cámara frigorífica, preparada para reponer las dosis. Se inacutaron 47 dosis y se detuvo al regente del bar, de 49 años, que ha quedado en libertad con cargos.