El principal reto de estas Fiestas ha sido la adaptación al nuevo reglamento de la pólvora. ¿Cómo valora los resultados?
La verdad es que estamos muy satisfechos. El incremento de la pólvora nos ha permitido reactivar el Alardo, que es algo por lo que veníamos luchado desde hace mucho tiempo. La participación ha sido muy buena y además se ha alargado la duración de las batallas de arcabucería. No hay que olvidar que hablamos de la esencia de lo que son nuestras Fiestas.
Pero todo ello a base de un mayor esfuerzo y también de un incremento de los controles de seguridad.
Si. Han venido más agentes de la Guardia Civil, que en todo momento han estado encima del acto. En cualquier caso, tengo que decir que han venido a felicitarnos por la forma en la que se ha desarrollado todo.
¿Que puede decirnos sobre las Entradas?
Que fueron espectaculares. Los boatos estuvieron a gran altura y el incremento de la participación no fue un impedimento para que se cumpliesen los horarios que teníamos previstos.
Con todo, hubo algún corte en el desfile, sobre todo en la Entrada Mora...
Es cierto. Fue un pequeño corte que nos obligó a detener momentáneamente el desfile para que toda la comitiva volviese a agruparse. En cualquier caso, los horarios se cumplieron casi a la perfección, motivo por el que hay que sentirse satisfechos.
La integración de la mujer sigue progresando, y este año hemos tenido una nueva evidencia con la Diana dels Cavallets, donde por primera vez han participado nueve festeras...
Es una prueba más de de que la mujer se está incorporando a la Fiesta, y también de normalidad.
¿Podría entrar en contradicción con la normativa del Casal, que no permite las escuadras mixtas?
En ningún caso. En el caso dels Cavallets no se trata de escuadras, y además hablamos de actos propios de las filaes que lo organizan.
¿Qué nota le pondría a las Fiestas de Moros y Cristianos
La perfección absoluta es imposible de alcanzar, pero hemos rozado la excelencia. Por eso yo me atrevería a puntuarlas con un 9,5 sobre 10.
