Los cargos festeros se enfrentaron cuerpo a cuerpo en la batalla cuando llegaron a la plaza de España. Capitanes, alféreces, sargentos y embajadores sacaron sus espadas para luchar hasta el último momento para conquistar la villa. Tal y como es habitual, la pelea continuó dentro del castillo y las almenas, logrando su objetivo el bando moro por la mañana, y el cristiano por la tarde.

Este acto se compagina con el final del disparo de arcabucería y congrega a numerosos espectadores.