Alcoy dedica la segunda jornada de la Trilogía de las Fiestas de Moros y Cristianos a rendir honores a su patrón, San Jorge. Los actos religiosos protagonizan el guión de actos, en un día en que además debuta el niño Sant Jordiet, que en la Procesión de la Reliquia fue recibido por una lluvia de flores en lo que se configura como una colorista y emotiva manifestación que, de la mano de la Filà Benimerines, ya ha cumplido su 30 aniversario.

Tras la vorágine frenética e intensa del día de las Entradas, Alcoy varió ayer por completo el guión para rendir culto a su patrón. Con una agenda cargada de actos religiosos, la procesión matutina de la Reliquia fue la cita que abrió el programa de actos religiosos de las Fiestas, y también un momento muy esperado por los alcoyanos, toda vez que supuso la entrada en escena de Sant Jordiet. Juan José Valls, de la Filà Mudéjares, es este año el encargado de representar la figura del patrón, y ayer lo hizo luciendo un vistoso traje en el que destacaba la coraza en oro viejo, el magnífico penacho del casco y la capa con la cruz.

La comitiva partió de la iglesia de San Jorge en dirección a la de Santa María, donde iba a tener lugar la Misa Mayor. Como manda una tradición de ya hace 30 años, el niño fue recibido a su paso por la calle San Lorenzo con una lluvia de claveles rojos y blancos lanzados por el numerosos público asistente, y previo reparto por parte de los miembros de la Filà Benimerines. Una de las estampas, sin lugar a dudas, más vistosas y emotivas de las Fiestas, que además está plenamente consolidada después de tres décadas.

El público también aprevechó para ver de cerca las imponentes vestimentas de los capitanes y alféreces de ambos bandos, que salieron a la procesión acompañados por sus correspondientes séquitos. Encabezaba la procesión el capitán moro de los Verdes, Jorge Vaquer, al que seguía de cerca el alférez de la Magenta, Santiago Carbonell. Después le correspondía el turno a los cristianos, con el capitán de los Navaarros, José Vicente Jornet, al frente, al que seguía el alférez de las Tomasinas, José Luis Calbo.

Cerraba la comitiva la reliquia del santo portada a hombros, la directiva de la Asociación de San Jorge, la corporación municipal y las autoridades encabezadas por el alcalde, Antonio Francés, los diputados nacionales Patricia Blanquer y Loli Alba, los autonómicos Fernando Pastor y Rosa García, y la también diputada regional y presidenta del PPCV, Isabel Bonig.

Todo ello sucedía antes de que la procesión terminara ante las puertes de la iglesia de Santa María, después de un recorrido corto pero repleto de público, que además disfrutó de una mañana espléndida y soleada.