Cocentaina vivió ayer el día grande de las Fiestas en honor a la Mare de Déu del Miracle. Visiblemente emocionados, los vecinos de esta población de El Comtat acompañaron a su patrona en el traslado desde el monasterio hasta la iglesia de Santa María, donde tuvo lugar uno de los momentos más emotivos, la súplica.

Berta Castelló fue la encargada este año de recitar los versos, arropada por familiares y cientos de vecinos. «Estaba muy, muy tranquila, era como si estuviese hablando con ella, y hablar con ella para un contestano ya podéis imaginar lo que significa», confesó la joven al finalizar el acto. «Es una experiencia preciosa» que compartió de cerca con sus padres, con los que se fundió en un emotivo abrazo al tiempo que el público rompía en aplausos.

La jornada empezó a primera hora de la mañana con la tradicional «despertà» y alcanzó uno de los momentos más destacados con la salida del icono de la patrona del monasterio.

Entre aplausos y vítores de «Mareta, Mareta», los asistentes acompañaron a la imagen hasta la iglesia, donde también fue recibida con una gran ovación. Durante el trayecto, los vecinos fueron lanzando flores a la Mare de Déu del Miracle.

Una vez finalizada la súplica, los componentes de la Pía Unión, entidad que organiza los festejos, introdujeron a la patrona en el templo, donde tuvo lugar la tradicional ofrenda floral.