Muro cumplía ayer con la tradición, como cada víspera del 19 de marzo. En total, más de treinta hogueraspara seguir una tradición que este municipio de El Comtat lleva a cabo desde la década de 1960. Montones de muebles antiguos, restos de poda y objetos de madera ardían para dar paso a una noche mágica que los presentes aprovecharon para asar carne y embutido.

A primera hora de la tarde, los distintos solares de esta población de El Comtat fueron el escenario de celebración del ritual. Durante los días previos, niños y mayores fueron apilando todos los objetos para iniciar el encendido de las hogueras a las ocho horas de la tarde. Las llamas fueron quemando el material ante la atenta mirada de los vecinos que se dieron cita en estos enclaves del casco urbano. El calor de las hogueras se convirtió por unas horas en puntos de reunión y fraternidad para todos los vecinos del municipio.

El concejal de Fiestas y Tradiciones, Sergi Silvestre, destacaba la implicación que desde el consistorio se lleva a cabo para que esta tradición perdure en el tiempo. Indicaba que, desde los colegios se implica a los más pequeños para que conozcan la tradición y participen en ella. Explicaba que en la antigüedad las fogatas se realizaban en las calles y plazas del centro histórico y los vecinos saltaban las hogueras, aspectos que se han modificado con el paso del tiempo por medidas de seguridad. En referencia a esta materia, la alcaldesa de Muro, Jacquelin Cerdà, emitió un bando la pasada semana para explicar todas las normas que los participantes debían seguir para un buen transcurso de la festividad. Además, durante la noche estuvieron presentes dispositivos de Protección Civil y Bomberos para garantizar el buen transcurso de la quema de todas las hogueras.

Silvestre resaltaba que para el próximo año el consistorio quiere establecer una hoguera más institucional en compañía de algunas asociaciones de la localidad y montar un puesto de buñuelos y dulces típicos de estas fechas para endulzar la tradicional noche. Estos proyectos de futuro tienen como objetivo engrandecer desde el consistorio esta festividad y contribuir a que la celebración perdure en el tiempo.

Noche de grandes y pequeños

Los más jóvenes ponían el punto más divertido a la noche y disfrutaban junto a la hoguera. El punto y final se ponía con la degustación de toda la carne asada, aunque el disfrute se alargaba hasta altas horas de la madrugada. Alrededor de las hogueras se podía disfrutar de la magia del ambiente e incluso se podía apreciar como cada uno de los presentes se concentraba para lanzar sus pequeños deseos a las llamas.

Una festividad que perdura a través de los tiempos y que año tras año ilumina Muro. Un tradición que va pasando de mayores a pequeños y que se vive con emoción independientemente de la edad que se tenga. Una noche mágica que cierra las puertas del pasado y abre la esperanza a las puertas del futuro.