Hijo de un militante socialista de toda la vida, inmigrante andaluz, Jorge Sedano encaminó sus pasos en política sin embargo hacia el PP, como independiente, fruto de la amistad que le unía con Rafael Peralta, hermano del que fuera alcalde y conseller de Justicia. Fue después de empezar a trabajar bien joven y de compaginar su ocupación con los estudios universitarios. Precisamente el nombramiento de Miguel Peralta como conseller lo aupó a la Alcaldía en 2003, cargo que estaría desempeñando hasta 2011, cuando el pacto entre PSOE, EU y Compromís lo apartó del gobierno municipal.
¿Cómo le sentó a su padre que entrase en las filas del PP?
Supongo que le hubiese hecho más ilusión que entrara en el PSOE, pero era muy tolerante y me apoyó totalmente. Yo no soy de ideologías cerradas, porque en su momento llegué a votar a los socialistas, pero si hay alguien que me dejó marcado fue Suarez.
Accedió a la Alcaldía como consecuencia de la marcha de Peralta, pero supongo que se sintió más reforzado cuando ganó las siguientes elecciones...
Sin duda fue un mérito ganar por mayoría absoluta y gobernar una ciudad mayoritariamente de izquierdas siendo de un partido de centro-derecha. Supongo que fue un reconocimiento a la labor de todo el equipo y también a mi filosofía de estar siempre muy cerca de las personas.
¿Qué balance hace de su gestión al frente del Ayuntamiento?
Positiva, sin lugar a dudas. Ahí quedan cosas tan satisfactorias como la nueva Escola d'Art, el instituto de Batoy o los colegios Tomás Llácer y Miguel Hernández, proyecto éste último que me quitó muchas horas de sueño hasta que dimos con la ubicación idónea. Terminanos el complejo deportivo del antiguo matadero y remodelamos los teatros Calderón y Principal, que estaban fatal. Fue una legislatura de infraestructuras, en las que Alcoy registró un cambio espectacular.
Sin embargo, también hay una serie de proyectos sumamente polémicos, y que para el actual gobierno han supuesto una herencia envenenada...
En el caso del bulevar, la fórmula que elegimos era una manera de financiar un proyecto que era y es muy necesario para Alcoy. Hablamos de la zona de mayor futuro de la ciudad, además con numerosos centros educativos. EU puso mil pancartas y ahora el actual gobierno ya está pensando en retomarlo con la misma filosofía del primer tramo que ejecutamos nosotros. En lo que respecta a la urbanización de Serelles, estoy convencido de que será un referente en el futuro. Puede gustar más o menos, pero la zona más lógica para la expansión de la ciudad es por ahí. El problema que tuvimos con esta iniciativa es que tropezamos con la crisis inmobiliaria.
¿Y la Rosaleda?
También era un proyecto muy necesario, y la verdad es que aunque hay que aceptarlas, las sentencias son difíciles de entender, porque antes de la reforma la Rosaleda no estaba completamente plana, sino abancalada. Se hizo con responsabilidad, pero cuando haces 100 proyectos, siempre corres el riesgo de que alguno no salga como hubieses querido.
También está el asunto del nuevo Palacio de Justicia...
No es verdad que el Consell no financiara la obra, porque contábamos con 1,5 millones de euros de la Generalitat para el Centro. Además, la ubicación es la idónea, porque va a hacer de locomotora para revitalizar la zona.
¿Cómo fue la ruptura con el PP?
El trato personal entre los concejales era como de hermanos. Ganamos las elecciones, pero no pudimos retener la Alcaldía, y ahí fue Francisco Camps el que forzó mi marcha emitiendo una orden política para que me quitasen de la portavocía, simplemente porque era zaplanista. Por dignidad, me tuve que ir al grupo mixto.
Y de ahí a Ciudadanos...
Conmigo se fueron 200 personas del PP, y fue después, cuando sopesábamos crear un partido independiente, el momento en que Ciudadanos nos invitó a formar parte de su proyecto. Dijimos que sí y estamos orgullosos de haber tomado esa decisión.
¿Por qué ha decidido no volver a presentarse?
Es una promesa familiar y también una decisión responsable. Hay gente más que preparada para tomar el testigo y yo desde luego seguiré colaborando para conseguir que Alcoy vuelva a ser una ciudad de oportunidades, impulsando el proyecto Alcoinnova, el polígono mancomunado y aprovechando la gran ventaja que supone tener el Campus de la Politécnica y la Escola d'Art.
