La familia del exvecino de Benilloba condenado a muerte en Malasia por introducir en el país 450 gramos de cocaína ha recurrido para que se repita el juicio. Las hermanas aseguran que no se tuvieron en cuenta los informes presentados y que hubo fallos en la traducción. El proceso podría demorarse al menos dos años, por lo que no se ha fijado una fecha para ejecutar la sentencia.

Víctor Paradas, exvecino de Benilloba, fue condenado a la horca en Malasia el pasado 5 de enero. Tras el juicio fue trasladado de cárcel, pasando al conocido como corredor de la muerte. Desde entonces su familia no sabe nada de él, aunque envían todos los meses dinero para sus gastos de comida e higiene personal.

La madre de Víctor declaró en el juicio y presentó los informes médicos que avalan el accidente laboral que sufrió en Bolivia y las secuelas que le llevaron a perder su trabajo. También aportó documentación de la difícil situación económica que atravesaba y que le llevó, explica la familia, a hacer de mula para transportar 450 gramos de cocaína a Malasia dentro de su cuerpo.

Sin embargo, Yoli, una de sus hermanas, asegura que no sólo no tuvieron en cuenta el testimonio de su madre, sino que «hubo fallos de traducción», según les explicó posteriormente el abogado que contrataron en el país asiático.

«Todo ha sido muy raro desde el principio, porque mi hermano pasó todos los controles del aeropuerto y lo detuvieron cuando iba a coger un taxi». Además, la hermana explica que «cuando se lo llevaron, le obligaron a firmar documentos que estaban en malayo y en los que no sabía que ponía».

La familia denuncia que antes y después del juicio «tienen a los presos 15 días castigados en celdas de aislamiento» y que sobreviven en las cárceles «en condiciones infrahumanas, ni siquiera tienen acceso a medicamentos».

Los sobornos, según inciden, están a la orden del día, y todo el proceso, además, está suponiendo un enorme gasto que supera ya los 40.000 euros. Su madre, explican, ha vuelto a mandar dinero para que un traductor vaya a visitarlo y les informe de cómo está, pero «aún no ha ido».

Por otro lado, la hermana no entiende cómo el consulado de Bolivia, ya que Víctor sólo tiene la nacionalidad boliviana, no les está ayudando «absolutamente en nada».

El abogado les informó cuando presentaron el recurso que el proceso podría demorarse al menos dos años más antes de que se celebrase un nuevo juicio y que todavía les quedarían tres intentos para revocar la pena capital.

«Lo que ocurre allí es un horror, si al final lo dejasen libre, pagaría el perdón con azotes y después tendría que salir del país cuanto antes»