La prohibición de las quemas por parte de la Conselleria de Agricultura para prevenir incendios ha dejado una parte importante de los campos de la provincia repletos de restos de poda. La coincidencia del veto con la campaña de desmoche en almendros y cerezos, principalmente, propicia que se estén acumulando grandes cantidades de ramas en los bancales. Los agricultores alertan del peligro de que proliferen las plagas si persiste esta situación, además de que advierten que la medida podría llegar a ser contraproducente.

Tal y como ha venido informando este diario, la Conselleria de Agricultura aprobaba hace dos semanas un nuevo período excepcional de prohibición de quemas agrícolas, de cañares, carrizales o matorrales en terrenos forestales y en parcelas colindantes o a menos de 500 metros de aquellos. La duración es indefinida y se mantendrá hasta que cambien las condiciones de riesgo y la Generalitat emita una nueva resolución que disponga lo contrario,

La medida se ha adoptado debido a los valores secos que presenta la vegetación, como consecuencia de la sequía y los diferentes episodios registrados de viento de poniente.

El problema es que la prohibición ha coincidido con la campaña de podas en la agricultura, sobre todo en los almendros y los cerezos, próximos a su floración, lo que ha propiciado que los campos presenten en estos momentos grandes acumulaciones de ramas. El fenómeno es evidente en enclaves como l'Alcoià, El Comtat o las Marinas, donde existen grandes masas forestales.

Desde el sector agrícola ya han expresado su preocupación por este estado de cosas. Alberto Llorens, de la Cooperativa de Planes, resaltaba que «la gente está preocupada, porque salvo los que tienen trituradora, no se pueden deshacer de los restos de poda. Si se mantiene esta situación durante mucho tiempo habrá problemas de plagas, que lógicamente incidirán de forma negativa en los cultivos».

Las acumulaciones de ramas cortadas, a la larga, también pueden convertirse en un riesgo en materia de incendios, con lo que la prohibición de las quemas por parte de la Conselleria de Agricultura acabaría teniendo un efecto contraproducente.