Siempre son protagonistas, pero ayer lo fueron más que nunca tras la polémica suscitada en las redes sociales con las acusaciones de racismo. Los 400 pajes que salieron a la Cabalgata de Reyes Magos de Alcoy, un 10% más de lo habitual, fueron arropados y recibieron las muestras de cariño de las miles de personas que presenciaron el desfile. Y ellos, como siempre, llevaron la magia y la ilusión a niños y mayores, trepando con sus largas escaleras a los balcones para repartir regalos y emociones.

Todo empezó con un artículo publicado en la revista digital «Afroféminas», titulado «Un BlackFace masivo en Alcoy, puede ser patrimonio inmaterial de la humanidad?». En el mismo, las autoras, de raza negra, cuestionaban que los pajes que desfilan en la Cabalgata lo hagan pintados de betún, en una imagen que, aseguraban, «ofende porque estereotipa, ridiculiza, no incluye y falsifica nuestra imagen». El artículo en cuestión, además, fue respaldado por la diputada nacional Rita Boshao, cabeza de lista en el Congreso de la coalición Compromís-Podemos por la circunscripción de Alicante, lo que le dio mayor relevancia.

Las reacciones no se hicieron esperar, y desde Alcoy se salía de inmediato en defensa de la tradición de los pajes pintados de negro, sobre la base de que no se trata en absoluto de racismo, sino que en realidad es un verdadero honor representar a unos personajes que llevan la ilusión a los niños trepando con sus escaleras por los balcones para hacerles entrega de los regalos.

En los últimos días los balcones de la ciudad se habían ido poblando de muñecos que representan a los pajes, al tiempo que las tiendas han visto incrementada la demanda de productos relacionados con estos personajes.

Una recogida de firmas promovida a través de la plataforma digital «change.org» lograba recoger en apenas 24 horas 11.000 adhesiones a la Cabalgata y sus pajes, y al mismo tiempo el Ayuntamiento aprobaba una moción institucional enfatizando que se trata de una «tradición integradora» y que el desconocimiento de la misma «puede llevar a equívocos y malentendidos». También el círculo local de Podemos reprochaba a Rita Boshao que opinase sonre el tema sin haberse documentado previamente.

Pero ahí no quedó la cosa. El senador de Podemos Ferrán Martínez emitía ayer un twitter en el que contradecía a su compañera con un mensaje bien ilustrativo: «Cabalgata de Reyes de Alcoy. Los pajes subiendo a las casas a entregar los regalos y los reyes repartiendo caramelos. Impresionante el nivel de detalle y de organización. La queremos Patrimonio Inmaterial de la Humanidad».

Y es que la Cabalgata de ayer, en la que tomaron parte nada menos que 400 pajes, volvió a brillar a gran altura. Todos juntos posaron para la fotografía antes de arrancar en el parque del Viaducto. A partir de ahí se integraron en la comitiva, recibiendo el reconocimiento de las miles de personas, niños y mayores, que siguieron el desfile en unas calles abarrotadas.

Los pajes, como siempre, se encargaron de llevar la ilusión a todos los presentes, y en especial a las casas situadas en el recorrido del acto, a cuyos balcones volvieron a trepar con sus largas escaleras para repartir regalos, alegría y emociones. Una de las estampas más características de la Cabalgata de Reyes Magos de Alcoy, la más antigua de España con sus 133 ediciones.

Y todo ello en un ambiente festivo y mágico que se prolongó a lo largo de todo el itinerario del desfile, declarado Fiesta de Interés Turístico Nacional y Bien de Interés Cultural, y que además aspira a convertirse en Patrimonio Inmaterial de la Humanidad junto al resto de actividades que configuran el «Nadal Alcoià».