El Ayuntamiento de Alcoy ha reconsiderado su decisión de suprimir las protecciones del puente de San Jorge que separaban las aceras de los carriles por donde transitan los vehículos. Los últimos atentados terroristas en Barcelona y Cambrils y las indicaciones efectuadas por la Delegación del Gobierno a raíz de los mismos han propiciado que se vayan a instalar bolardos, aunque eso sí, respetando la estética del puente.
Tal y como se ha venido informando, el Ayuntamiento de Alcoy, aprovechando las obras de reforma del tablero del puente de San Jorge, tenía previsto suprimir las protecciones de las aceras. De hecho, durante los trabajos llevados a cabo se habían eliminado los pretiles, con el propósito de hacer las aceras más anchas y accesibles.
Sin embargo, la idea ha tenido que reconducirse a raíz de los últimos atentados registrados en Cambrils y Barcelona, sobre todo en la Ciudad Condal, donde una furgoneta arrolló a numerosas personas en la Rambla.
Según informaba el concejal de Obras, Jordi Martínez, desde distintas administraciones, principalmente la Delegación del Gobierno, «se nos ha indicado la conveniencia de instalar medidas de seguridad. Una cosa es que no hubiesen existido, pero el puente tenía pretiles hasta hace dos meses, y no era conveniente suprimirlo todo tras estos acontecimientos. Estaríamos hablando de una imprudencia».
Es por ello por lo que el Ayuntamiento ha decidido instalar unos bolardos encima de las aceras, «aunque de un modelo -enfatizó- que respete la estética. Hay que recordar que el puente de San Jorge está declarado Bien de Interés Cultural, y no se trata de instalar cualquier cosa».
En lo que respeta a la ejecución de las obras, Martínez informó que la reapertura al tráfico está programada para la tarde de mañana jueves, una vez estén terminados los trabajos de asfaltado y de las juntas de dilatación.
Las obras, como se sabe, han sufrido un mínimo retraso debido a que las lluvias de la semana pasada impidieron acometer la pavimentación en los plazos previstos. «En cualquier caso -manifestaba el edil- estamos satisfechos porque en dos meses se habrá llevado a cabo una actuación que se había previsto en principio en cinco, aprovechando las vacaciones escolares y causando los mínimos problemas de tráfico a la ciudad». De esta forma se cumplirá uno de los principales objetivos, que no era otro que recuperar la normalidad en el tráfico coincidiendo con el inminente inicio del curso en los colegios.
Las obras han consistido en la reparación del tablero del puente y otros trabajos estructurales, evitando que se pueda producir algún problema grave en un futuro inmediato. De hecho, se ha aprovechado para reforzar uno de los estribos, que desde hace años presenta una grieta.
Las aceras se han ensanchado y el número de carriles ha pasado de tres a dos, con lo que los peatones pasarán a tener un mayor protagonismo.
Cabe reseñar que una vez abierto al tráfico los trabajos continuarán hasta ultimar todos los detalles, por lo que es más que previsible que los viandantes sólo puedan circular por una de las aceras durante un tiempo más.
Jordi Martínez manifestó ser consciente de que «las obras generan molestias, pero hay que hacerlas por el mantenimiento de la ciudad y evitar que aparezcan problemas más graves».
