Centenares de personas asistieron el viernes y ayer por la noche a «l'Aparició de la Mare de Déu» de Agres. La representación teatral fue declarada este año, junto a «l'Embaixada del Pastoret», como Bien de Interés Turístico. La primera función tuvo lugar el viernes por la noche y ayer se celebró la otra sesión a las 23 horas.

La plaza del Assut de Agres se llenó de centenares de personas que no quisieron perderse un acto tan característico de la población como es «l'Aparició de la Mare de Déu». En su mayoría, los asistentes eran vecinos de otras poblaciones cercanas, quienes año tras año no faltan a la cita.

Bajo la dirección de Quike Francés Reig, en torno a cincuenta actores y más de treinta ayudantes hicieron posible, una vez más, que la representación de la obra teatral mostrase parte de la tradición de esta localidad de El Comtat.

El texto de la obra fue escrito por Francisca Beneito y es, tal y como explicó el alcalde de Agres, José Manuel Francés, «muy rico en tradiciones y folklore popular». La obra, asimismo, retrata la época en la que se apareció la Mare de Déu en el siglo XV (1484).

Uno de los momentos más destacados es cuando la virgen se le aparece a un pastor manco y le devuelve el brazo. Justamente esta escena es la que se representas en «l'Embaixada del Pastoret». Ambos actos fueron declarados este año como Bien de Interés Turístico, tal y como anunció en su momento este diario.

El escenario en el que se desarrolla la función teatral es natural, utilizando la Sierra de Mariola como decorado. Cada año, la asociación que lleva el nombre del evento organiza con mucho cuidado la representación, desplegando grandes medios técnicos tanto a nivel de sonido, como de maquillaje y atrezzo, además de los recursos de iluminación, con los que consiguen que la aparición de la Mare de Déu de Agres sea espectacular.

Según indicó el primer edil, cada año acuden en torno a 1.500 personas entre las dos funciones que se programan. La primera de ellas tuvo lugar el viernes por la noche, y quienes no pudieron asistir tuvieron ayer una nueva oportunidad, ya que a las 23 horas la plaza del Assut volvió a transformarse en un escenario al aire libre.

El numeroso público es fruto del «boca, oreja», pues, según explicó Francés, «la gente que viene comenta qué le ha parecido y cada vez nos visitan más personas». Con todo, el primer edil mostró su satisfacción por el éxito cosechado, además de porque la representación forma parte de la tradición de la población y «es un orgullo» mantener y conservar este tipo de actos festivos.