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Tecnología sin perder las raíces

El sector juguetero ofrece cada vez artículos más sofisticados al tiempo que reivindica su valor educativo

La tecnología está presente en la fabricación y el resultado final. JUANI RUZ

Manteniendo las tendencias de los últimos años, los juguetes que prometen esta campaña navideña son aquellos que han sabido aunar el diseño y calidad de los artículos tradicionales con la modernidad que confiere la tecnología. Muñecas cada vez más sofisticadas, mascotas interactivas y figuras de acción que participan en batallas virtuales conviven con juguetes y juegos más tradicionales en que la imaginación infantil desempeña el papel principal.

El presidente de la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes, José Antonio Pastor, explicaba que «los juguetes son el reflejo de la época en la que viven. El niño imita lo que ve, y las empresas tratan de diseñar artículos lo más parecidos posible a la realidad utilizando la tecnología disponible en cada momento».

Con todo, nunca se pierde de vista la concepción del juguete clásico. «Al final -destacaba-, los peluches o las muñecas, por muy interactivos que sean, no dejan de ser peluches o muñecas. Transmiten la misma afectividad a los niños y niñas».

El sector, por otro lado, está tratando de transmitir la importancia que el juego y los juguetes tienen para la educación de los niños. Según Pastor, «hay estudios muy concluyentes que evidencian que los niños que juegan se desarrollan mejor a nivel intelectual y emotivo, y de lo que tratamos es de hacer reflexionar a la sociedad en general y a la Administración en particular para inculcar esa realidad».

La nueva definición que la recién estrenada versión del Diccionario de la Real Academia de la Lengua introduce sobre el juguete, poniendo de manifiesto la importancia que tiene para el desarrollo de las capacidades de los niños, es un paso en esa dirección, aunque el sector reclama que el juego quede incluido en el currículo escolar, como sucede en otros países de la UE.

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