Que la Generalitat está en una situación financiera insostenible y que decenas de proyectos que se diseñaron en los tiempos de gasto desmesurado no se llevarán a cabo es algo que no resulta novedoso. Y entre los proyectos que, al menos están aparcados desde hace una década se encuentra el de la prolongación de la autovía CV-60 entre Terrateig y l'Olleria.

En estos momentos, además, desde la Conselleria de Territorio no se esconde que, antes que retomar un proyecto de esa envergadura, que requeriría una inversión de decenas de millones de euros, es mucho más prioritario apostar por la «pata sur» de la autovía de l'Olleria, la que afecta al tramo entre Palma de Gandia, Beniflà y su entronque con otras vías rápidas que atraviesan la Safor.

Explicado groso modo, en el departamento que dirige la consellera María José Salvador se trabaja para que los vehículos procedentes de l'Olleria no terminen abocados a un «punto ciego», como es la carretera de Villalonga a Gandia, como ocurre ahora.

Según ha podido saber este periódico, la conselleria quiere que, cuanto antes, se puedan presentar los proyectos para mejorar los enlaces de infraestructuras viarias que atraviesan la Safor en el contexto de que, el 1 de enero de 2020, la autopista AP-7, que recorre todo el litoral valenciano, pasará a ser libre de peaje.

Una de las ideas que más fuerza han tomado es la de, a partir de la rotonda que conecta la CV-60 con la carretera Gandia-Villalonga, a la altura de Beniflà, parta una nueva carretera que enlazaría con la AP-7 en el tramo comprendido entre los cascos urbanos de Font d'en Carròs y Rafelcofer.