Los vecinos de Castalla celebraron ayer la festividad de San Jaime, una tradición que sirve de preámbulo de lo que serán los Moros y Cristianos que tendrán lugar en septiembre. La intensa jornada arrancó a las nueve de la mañana con la tradicional Diana desde la plaza Mayor y recogida de los capitanes. Poco después, dio comienzo el desfile que llegó hasta la plaza de la ermita de La Sang, donde tuvo lugar una misa a la que asistieron festeros, autoridades y demás vecinos. Los actos continuaron por la tarde, cuando los capitanes protagonizaron un pasacalle previo a la bendición de las banderas, tras la cual los cargos realizaron la emotiva «Ballà de Banderes».