El Ayuntamiento de Alcoy busca reactivar la actividad y el uso de la Glorieta transformando la antigua pajarera en un establecimiento hostelero. La actuación contempla respetar la estructura y el estilo modernista de la edificación, así como crear un área de recreo a su alrededor, instalando mesas y sillas para el disfrute de los clientes del kiosco.

La Glorieta de Alcoy siempre ha sido un punto de encuentro, un enclave de estilo modernista en el que disfrutar de actividades y de un paseo e, incluso, contemplar los patos de su estanque.

Durante años la afluencia de personas al parque mermó por la falta de programación de actos y el deterioro de las instalaciones. Las continuas actuaciones para mejorar este apreciado espacio para los alcoyanos ha hecho que cada vez más gente vuelva a visitarlo.

Recientemente, el Ayuntamiento inauguró el parque de Tirisiti, una zona dedicada a los más pequeños, con columpios y juegos infantiles que recrean el tradicional retablo navideño y que se encuentra justo al lado de la antigua pajarera.

«La pajarera lleva años en desuso», explica el concejal de Obras y Servicios, Jordi Martínez. Por ello, el consistorio ha decidido transformarla en kiosco, a fin de no dejar que este elemento tan característico de la Glorieta continúe deteriorándose.

Con un establecimiento hostelero, así pues, el equipo de gobierno pretende reactivar aún más la actividad del parque, «es un elemento que dará más vida y dinamismo a esta zona verde», apunta el alcalde, Antonio Francés, quien incide en que «recobrará la vida que siempre ha tenido».

Los trabajos han empezado recientemente y han sido encargados a una empresa externa. El coste de la actuación, asimismo, ronda los 50.000 euros, según informa Martínez.

Con la previsión de que el kiosco esté terminado en septiembre, los técnicos municipales ya han empezado a redactar el pliego de condiciones para adjudicar su explotación y poder abrir el establecimiento cuanto antes.

Tanto el concejal como el alcalde recalcan que «van a respetar la estructura y el estilo modernista de la edificación», ya que es un elemento protegido. La cerámica de la parte inferior de la pajarera y la veleta del tejado continuarán estando después de las obras, insisten.

Jordi Martínez, además, explica que en la actuación está incluido mejorar la iluminación de la zona, ya que, cabe recordar, el parque de Tirisiti tuvo criticas por no contar con suficiente luz. «Estábamos esperando realizar el kiosco para alumbrar los dos espacios».

Otro aspecto destacado es que alrededor del establecimiento «va una zona de hormigón» para instalar mesas y sillas a modo de terraza. Desde el equipo de gobierno están convencidos de que «éste será un servicio más dentro de la Glorieta» que permitirá que la visiten más personas para disfrutar de un rato agradable entre amigos o en familia.