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La Undef pide cambiar la normativa de la pólvora tras bajar la participación en los alardos un 50%

La obligatoriedad de la licencia de armas ya ha causado estragos, con lo que la entidad solicita que se eliminen otras exigencias que entrarán en vigor en 2019, como el trasvase del explosivo a las cantimploras

La Unión Nacional de Entidades Festeras (Undef) va a reclamar al Ministerio de Interior que suavice las exigencias del nuevo reglamento de explosivos, tras constatarse que sólo con la entrada en vigor de la obligatoriedad de la licencia de armas ya se ha reducido la participación en los alardos un 50%. La entidad, que aglutina a la mayor parte de municipios que organizan Fiestas de Moros y Cristianos, pide que se eliminen otras exigencias que entrarán en vigor en 2019, como el trasvase de la pólvora a las cantimploras en el mismo lugar de reparto. En el fondo subyace el temor de que uno de los actos más destacados de estas celebraciones, como son las batallas de arcabucería, termine desapareciendo.

Se las prometían felices los numerosos muncipios que celebran Fiestas de Moros y Crtistianos con el nuevo reglamento de explosivos aprobado por el Ministerio de Interior. La normativa, tal y como se ha ido informando, abría la puerta a la posibilidad de disparar hasta dos kilos por festero en cada acto de arcabucería en lugar del kilo actual, siempre y cuando la duración del mismo así lo requiriese y tras la preceptiva autorización de la Subdelegación del Gobierno.

Sin embargo, a la hora de la verdad, el endurecimiento de las normas de seguridad ha propiciado que la participación haya ido a la baja, hasta el punto de comprometer uno de los actos más importante, sino el que más, de los Moros y Cristianos.

Así lo señalaba la presidenta de la Undef, Pepa Prats, que no dudaba a la hora de señalar que «con tanta pega, se están cargando los alardos». Para la dirigente de la entidad, es totalmente razonable que «haya un control y una seguridad, pero no hasta unos límites tan exagerados. La gente que dispara, sabe lo que se lleva entre manos».

Y es que la única exigencia de la normativa que ya ha entrado en vigor, como es la obligatoriedad de disponer de la licencia de armas de avancarga, ya ha causado estragos, hasta el punto de reducir la participación en más de un 50%. Según Prats, «esta es una exigencia con la que estamos de acuerdo, y de lo que se trata es de concienciar a los festeros de que, igual que deben tener el carnet de conducir para llevar un coche, también deben tener permiso para disparar los arcabuces».

Hasta el momento cada municipio cuenta con la potestad de seguir con la anterior normativa, que sólo permite un kilo por festero, o bien decantarse por la nueva, cumpliendo todas las exigencias. Será a partir de 2019 cuando el reglamento de explosivos recientemente aprobado ya sea obligatorio para todos. El temor reside ahí, cuando entren en vigor a todos los efectos obligaciones como la de trasvasar la pólvora a las cantimploras en el mismo lugar de reparto. Según Prats, «es algo muy complicado, lentísimo e incluso entendemos que peligroso. También nos obligan a alquilar un polvorín para repartir la pólvora antes de los alardos de la tarde, y además de caro, no sabemos si habrá suficientes». Otro asunto en que se pide flexibilidad es en el plazo habilitado para el reparto de la pólvora, «porque con el actual los festeros que viven fuera no puede recogerla».

La Undef remitirá un escrito al Ministerio de Defensa «y vamos a ver si con lo que queda para 2019 podemos suavizar la norma».

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