Gorga se suma al movimiento «Urban Knitting» gracias a la iniciativa de un grupo de mujeres que, aguja y lana en mano, están decorando los árboles del pueblo con coloridas labores de crochet, a la vez que colgando de fachadas y balcones originales maceteros realizados con la técnica del macramé.

«Urban Knitting» o «ganchillo urbano» es un movimiento que surgió en 2005 en Houston y que se ha expandido por todo el mundo. En España se han sumado numerosas ciudades, como es el caso de Valencia, Zaragoza, Bilbao, Castellón, Barcelona, Sevilla o Madrid, donde hay grupos, en su mayoría de mujeres, que embellecen sus calles a la vez que reivindican un arte ancestral que, al contrario de lo que la gran mayoría piensa, no es competencia únicamente de «abuelas».

Ani Pascual, maestra jubilada, promovió en Gorga este movimiento el pasado mes de octubre. «Lo propuse en el Ayuntamiento y tras la aceptación del equipo de gobierno informamos a todo el pueblo», explica.

La iniciativa tuvo una gran acogida y pronto formaron un grupo de trabajo. «Se me ocurrió porque me pareció una buena razón para que las mujeres del pueblo, y los hombres que se animen, nos juntemos, compartamos conocimientos y nos distraigamos, sobre todo en invierno, que se hacen tan largos los días», asegura Ani.

No obstante, el proyecto persigue otros objetivos, como «embellecer el municipio y aprender y enseñar un arte que ha pasado de generación en generación». A esta vecina de Gorga, además, le gustaría que los jóvenes y los niños también se interesasen por el ganchillo, el punto, el macramé y,por qué no, la costura. «Hay la creencia de que es cosa de mayores, pero ya son muchos los jóvenes que en todo el mundo tejen».

Durante el invierno han estado realizando labores en sus casas y una vez a la semana, normalmente los sábados por la tarde, «nos juntábamos». Con la llegada del buen tiempo, las vecinas de Gorga han salido a la calle para unir las piezas e ir decorando los árboles. Han empezado por la entrada del pueblo y la antigua casa del maestro y «ahora estamos tejiendo espirales para adornar los de la casa del médico», destaca Ani. El lavadero es el punto de reunión, por ello, sus árboles también están repletos de color.

Aunque en otros lugares el movimiento ha cubierto bancos, monumentos, farolas y todo tipo de mobiliario urbano, Ani Pascual asegura que «a nosotros no nos gusta tanto, de momento estamos decorando los árboles y hemos hecho maceteros de macramé».

Orgullosa recorre las calles de Gorga mostrando cómo los vecinos están participando en la iniciativa, colgando de ventanas, balcones y fachadas los originales maceteros.

«Tengo muchas ideas, me gustaría hacer cerámica para embellecer otros espacios», como por ejemplo, señala, una de las paredes del lavadero. «El problema es que tengo que buscar un horno en el que podamos cocer las piezas y que no esté muy lejos de Gorga», explica Ani.

Las mujeres que acompañan a la maestra jubilada aseguran estar «encantadas» tanto con la iniciativa como por los buenos ratos que comparten. El colorido que llena las calles se está empezando a convertir en un reclamo para el turismo, y en este sentido todas coinciden en que «debería venir todo el mundo a ver lo bonito que está quedando el pueblo». Así pues, Gorga es pionera en «Urban Knitting» en las comarcas de l'Alcoià y El Comtat.