Los pantanos de la provincia afrontan el verano con las reservas más altas de los últimos cinco años. Los embalses de Beniarrés, Guadalest y Amadorio se encuentran próximos al 90% de su capacidad tras las generosas lluvias de este pasado invierno. La situación contrasta y de manera drástica con la del año pasado, en que el agua almacenada llegó a tocar fondo como consecuencia de la sequía.
Los pantanos de la provincia han puesto punto y final a su larga travesía en el desierto. Y nunca mejor dicho, porque después de la prolongada sequía, que redujo sus reservas al mínimo, afrontan el próximo verano en unas condiciones óptimas.
El pantano de Beniarrés es el que mejor aspecto presenta, al situarse en estos momentos al 89,57% de su capacidad, lo que suponen 24,19 hectómetros cúbicos de agua embalsada. Hay que resaltar que la función de esta presa, aparte de regular las crecidas del río Serpis, es la de suministrar agua para el riego, principalmente a la comarca valenciana de la Safor.
En lo que respecta al pantano de Guadalest, sus reservas se encuentran en la actualidad al 86, 25% con 11,21 hectómetros cúbicos, mientras que el Amadorio, entre los términos municipales de La Vila y Orxeta, se sitúa al 85,70% con 13,56 hectómetros. Estos dos últimos embalses están destinados al riego y principalmente al abastecimiento urbano de la zona costera de la Marina Baixa, con Benidorm a la cabeza.
Hay que hacer referencia, por último, al pantano de la Pedrera, en Orihuela, que se encuentra al 35% de su capacidad con 87 hectómetros cúbicos de agua almacenada. Se trata, sin embargo, de un embalse que no se abastece por medios naturales, dado que su agua procede principalmente del trasvase Tajo-Segura y está destinado al suministro a municipios como Alicante, Elche, Crevillente, Santa Pola y Aspe, además del conjunto de la Vega Baja.
La situación, en cualquier caso, es mucho mejor que el año pasado por estas mismas fechas, cuando Beniarrés se encontraba al 23% de su capacidad, Guadalest al 24% y Amadorio a 16%.
