Los actos centrales de las Fiestas de Moros y Cristianos de Muro llegaron ayer a su fin. Las exigencias en relación a la pólvora redujeron este año los kilos disponibles para las guerrillas a la mitad y provocaron un descenso de participantes. Por primera vez, una mujer, Estefanía Pascual, representó el papel de embajadora mora en la última jornada, la del «Dia de Trons».

La «Ambaixada del Tonell» abrió ayer el programa de actos de la mano de las filaes Mare de Déu y Llana. Se trata de un acto humorístico típico del «Dia de Trons» de Muro y que año tras año congrega a numeroso público.

A media mañana, las calles del municipio se impregnaron del característico olor de la pólvora y el fuerte ruido de los arcabuces al detonar. El disparo, no obstante, en esta ocasión fue menos sonoro de lo habitual, ya que la normativa obliga a los festeros a obtener el permiso de avancarga.

El municipio consiguió 113 kilos de pólvora, la mitad que el año pasado. «Hemos recomendado que se organicen y disparen unos por la mañana y otros por la tarde», explicó el presidente de la Junta de Fiestas, Paco Vicedo.

Tras la primera guerrilla, dio comienzo la Embajada Mora, cuya protagonista fue por primera vez una mujer, Estefanía Pascual, de los Realistas. «Ha sido una verdadera satisfacción escucharla, yo le pondría un 10. Ha hecho una declamación digna de una profesional», aplaudió Vicedo.

Con la toma del castillo por parte de las tropas moras, los mureros hicieron un receso para comer y coger fuerzas antes de que el bando cristiano iniciase una nueva guerrilla para reconquistar la población, la cual finalmente lograron tras la Embajada Cristiana. La retreta supuso el cierre de las Fiestas en honor a la Mare de Déu dels Desamparats.

La imagen de la patrona volverá a la ermita el día 21 de mayo. La procesión de la«Pujà» saldrá de la iglesia y al finalizar se hará el tradicional traspaso de cargos festeros y el sorteo de Clavariesas del año siguiente.