La Retrata puso el toque divertido a la noche del día de San Jorge. Once filaes protagonizaron el desfile nocturno lanzando obsequios a su paso desde las carrozas y los autobuses. El acto supuso el cierre de los actos oficiales de la jornada dedicada al patrón y contó con multitud de espectadores desde su inicio en la Font Redona hasta su final en la calle Santo Tomás.

Por tercer año consecutivo la Retreta mantiene el número de filaes participantes en once. El apoyo de la Asociación de San Jorge para reactivar el acto fue decisivo en 2015 para evitar que volviese a suceder lo del año anterior, cuando sólo desfilaron los Mudéjares.

Las carrozas y autobuses repletos de festeros partieron desde la Font Redona en torno a las once de la noche. A su paso, los participantes fueron lanzando regalos a un público entregado que abarrotó el recorrido.

Desde que la entidad organizadora de las Fiestas de Moros y Cristianos reactivó el acto, centralizó la compra de objetos para evitar incidentes. Ropa interior, balones de playa, pañuelos y chucherías fue la munición que los protagonistas lanzaron desde los vehículos, a fin de que en caso de golpear a las personas del público no pudiesen causarles ningún daño.

Los festeros, además, animaron el ambiente de una jornada repleta de actos de carácter religioso en honor a San Jorge, acompañados de charangas y grandes altavoces para hacer sonar los temas musicales más actuales.

Entre carrozas y autobuses también realizaron el recorrido a pie varios grupos de festeros y festeras, bailando, saltando e, incluso, haciendo partícipes a los espectadores.

Asimismo, la Retreta atrae cada año a multitud de niños y niñas, que disfrutan recogiendo todo lo que pueden. Algunos pequeños portaban bolsas de plástico para poder ir guardando todo lo que lograban coger.

Con todo, la diversión no acabó ahí, ya que el acto supone el pistoletazo de salida a una de las noches más alocadas de las Fiestas alcoyanas. Es habitual que a lo largo de la calle San Lorenzo y la avenida del País Valencià se formen grupos de festeros y amigos con carros, altavoces e, incluso, pequeñas carrozas que simulan la barra de un bar, mientras muchos otros contratan charangas para llevar la fiesta a todas partes.

Los establecimientos hosteleros congregan también a multitud de personas tanto dentro como a sus puertas, mientras la Plaça de Dins continúa siendo el epicentro de la diversión.