Alcoy puso ayer el punto y final a sus Fiestas de Moros y Cristianos y lo hizo con una Aparición de Sant Jordiet totalmente multitudinaria. La plaza de España y las calles adyacentes estuvieron abarrotadas de público para este emotivo acto, en el que los miles de asistentes despidieron una Trilogía brillante y espectacular. Fue después de una jornada en la que los festeros quemaron 2.300 kilos de pólvora en una batallas de arcabucería de menor intensidad por las nuevas exigencias normativas.

Al igual que sucediese el pasado día 21, en que miles de alcoyanos y visitantes se reunieron en la plaza de España para dar la bienvenida a las Fiestas cantando el Himno, ayer, tres días después, se volvieron a congregar en el mismo punto para despedir la Trilogía. Fue con la Aparición de Sant Jordiet sobre las almenas del castillo, una cita en la que de nuevo se interpretó la pieza de Gonzalo Barrachina, y en la que el niño que encarna al patrón, Tomás Pascual Cantó, lanzó sus flechas entre el público.

El acto contó con el colofón de un brillante espectáculo de fuegos de artificio a cargo de la Pirotecnia Caballer, que iluminó la iglesia de Santa María y la noche alcoyana.

Atrás quedan tres días espectaculares en que la ciudad ha recibido una enorme cantidad de visitantes, que han tenido la oportunidad de disfrutar de unas Entradas de elevadísimo nivel, la solemnidad de los actos religiosos y un Alardo, ayer, menos intenso que en los últimos años debido a que las exigencias normativas han reducido la participación.

El balance, con todo, es positivo, y desde ahora ya se ha iniciado la cuenta atrás para las próximas Fiestas de Moros y Cristianos, que cada vez están más cerca.