¿Qué valoración hace de las Fiestas que acaban de concluir?

Han sido unos Moros y Cristianos maravillosos, porque todo ha salido perfecto. Empezando por las Entradas, que fueron brillantes, espectaculares y con un gran entramado organizativo, y la muestra es que los horarios se cumplieron a rajatabla. También el día de San Jorge todo salió conforme a lo previsto, reconociendo que en este caso la organización es más sencilla.

Sin embargo, y cómo ya se sabía desde antes de Fiestas, las batallas de arcabucería no han sido como deberían...

Teníamos menos pólvora y eso se ha traducido en que había menos gente disparando. Las filaes han tenido que hacer dos turnos, repartiendo a los festeros por la mañana y por la tarde.

Y eso se ha notado en la calle...

Aquí en Alcoy tenemos una cadencia de disparo muy rápida, y este año la cadencia ha sido menor por falta de pólvora. Si antes, por poner un ejemplo, un festero realizaba 200 disparos en un Alardo, en esta ocasión esa cifra se ha reducido de manera significativa. La conclusión al final es que ha habido menos truenos, porque no había más remedio que ir dosificando la pólvora.

Imagino que de cara al próximo año el objetivo es buscar una solución a este problema.

Efectivamente, nuestro objetivo es conseguir para las próximas Fiestas de Moros y Cristianos el disparo que Alcoy se merece. Este año lo hemos podido salvar de manera digna, teniendo en cuenta que en muy poco tiempo 2.300 festeros se han tenido que sacar la licencia de armas de avancarga y que no hemos podido adaptarnos al nuevo reglamento que se acaba de aprobar.

¿Se podrá incrementar la cantidad de pólvora?

Vamos a trabajar para conseguir al menos los dos kilos de explosivo por festero, que sería una cantidad más ajustada a las necesidades de las Fiestas alcoyanas, que celebran dos alardos, uno por la mañana y otro por la tarde, y de larga duración. Tenemos un año por delante y vamos a ver si superamos las dificultades.