La floración de los cerezos ha llegado este año a las comarcas del interior de la provincia de Alicante con más fuerza que nunca. Las abundantes lluvias registradas este pasado invierno han propiciado una intensidad que hacía mucho tiempo que no se veía, genarando espectaculares paisajes blancos en comarcas como El Comtat, l'Alcoià, la Marina Alta y el Vinalopó. El sector agrícola, además, espera una campaña récord tras cuatro años marcados por la sequía.

Las comarcas del interior norte de la provincia presentan estos días su imagen más espectacular. La floración de los cerezos ha vestido de blanco los campos, además con una intensidad que hacía tiempo que no se veía, propiciada fundamentalmente por las generosas lluvias registradas este invierno.

El presidente de la Denominación de Origen Montaña de Alicante, Hilario Calabuig, manifestaba que «estamos asistiendo a una excelente floración fruto de la buena salud de la que gozan los árboles tras haberse podido recuperar de la larga sequía que han tenido que sufrir. Hay que tener en cuenta que en zonas productoras como Planes hemos recogidos en los últimos meses más de mil litros de lluvia por metro cuadrado, lo que lógicamente ha repercutido de manera muy positiva en los cultivos».

La evidencia está en los paisajes, ciertamente espectaculares. Durante esta semana y la próxima la floración estará en su pleno apogeo, y eso ya es una evidencia en enclaves como la Vall de Gallinera, en la Marina Alta, y los campos de la zona de Planes y Almudaina, en la comarca de El Comtat. Se trata, sin lugar a dudas, de lugares estratégicos para disfrutar de un espectáculo tan llamativo como fugaz.

También hay otras zonas privilegiadas, como la comarca del Vinalopó, en las inmediaciones de Villena, o el área de la Canal, entre Alcoy e Ibi. También la Vall d'Alcalà es un enclave extraordinario, aunque en este caso la floración es ligeramente más tardía al estar situadas las plantaciones a una mayor altitud.

La impresionante floración, además, es un anticipo de lo que puede ser la campaña de cerezas, que puede batir récords de producción a poco que acompañe la climatología. «Si todo va como esperamos, podríamos estar hablando en la provincia de una cosecha de unos 4 millones de kilos, cantidad muy cercana a la máxima capacidad de producción. Sin embargo, con esta fruta tan delicada hay que ser muy prudentes, porque la aparición de la lluvia en la campaña de recolección causa siempre daños», subraya Calabuig. Se espera que a finales de abril ya haya cerezas de la provincia de Alicante en el mercado, antes que su más directo competidor, el Valle del Jerte.