Los mureros, un año más en vísperas del 19 de marzo, cumplieron con la antiquísima tradición de quemar muebles, palés y restos de poda para destruir lo viejo y dar la bienvenida a los nuevos propósitos. Así, las hogueras iluminaron ayer la noche mágica en la que grandes y pequeños se lo pasaron en grande.

Distintos solares de esta población de El Comtat fueron el escenario donde se celebró el ritual. Los vecinos, sobre todo los niños, fueron apilando muebles viejos, palés y restos de poda en los terrenos y, a las 20 horas, prendieron fuego a la madera y se vieron grandes fogatas que provocaron una luminosa estampa en estos enclaves del casco urbano. Las llamas fueron quemando el material ante la atenta mirada de los vecinos que se dieron cita en costumbre que llega cada 18 de marzo.

El solar situado junto a las aulas prefabricadas del colegio El Bracal fue uno de los escenarios elegidos por los vecinos para vivir esta fiesta que dura hasta bien entrada la madrugada. El encendido de las hogueras marca el punto de partida de un evento en el que se juntan grupos de amigos y familias para ver la evolución de la quema y cuando la madera y la leña que se ha echado queda reducida a brasas, aprovechan para asar carne y embutido y luego compartirlo en una cena de hermandad junto al calor del fuego.

Ayer muchos mureros asistieron a esta cita, que en parte también es gastronómica, para cumplir con el ritual. Este consiste, ni más ni menos, que en echar a la hoguera todo lo que se considera viejo o que ya no tiene utilidad para que las llamas lo destruyan y renovar el espíritu con nuevos propósitos y coger energía antes de la entrada de la primavera.

Las hogueras fueron las protagonistas en Muro en la víspera de San José mientras que anoche en Alcoy ardió la falla que realizaron los vecinos del barrio de El Partidor dedicada a la crisis de los refugiados y con críticas al presidente de EEUU, Donald Trump, por el muro con México.