El nuevo reglamento, como se ha venido informando, sigue fijando como norma general que la cantidad máxima por festero sea de un kilo para cada acto, aunque se podrá ampliar hasta dos si su duración lo requiere. Todo ello conjugado con un endurecimiento de las medidas de control y seguridad, con cuestiones como la obligatoriedad de rellenar las cantimploras en el mismo lugar de reparto y precintarlas a continuación, y que dependiendo de la cantidad de explosivo se tenga que proceder a un segundo reparto en plenas fiestas.

Con estas nuevas normas encima de la mesa, la reacción generalizada del mundo de los Moros y Cristianos en la provincia ha sido positiva, aunque con algunas reticencias. Así, la presidenta de la Unión Nacional de Entidades Festeras (UNDEF), Pepa Prats, se mostraba prudente a la hora de hacer valoraciones, a la espera de una reunión con la Subdelegación del Gobierno para aclarar dudas y conceptos. En cualquier caso, de entrada consideraba que la posibilidad de disponer de más pólvora es una medida positiva. «Es una cuestión que se viene solicitando y que sin duda favorecerá el espectáculo en uno de los actos más importantes de nuestras fiestas», enfatizaba. Además, se introduce la figura del porteador, «que también puede recoger pólvora, incrementando de esta forma el número de kilos que se podrán disparar».

Con todo, desde la UNDEF lo que se piden son aclaraciones sobre todo en relación al sistema de reparto de la pólvora. «Si hay que ir dos veces a recoger la pólvora, y una de ellas en plenas fiestas, puede suponer un auténtico lío».

Por su parte, Juan José Olcina, presidente de la Asociación de San Jorge, entidad encargada de la organización de las Fiestas de Moros y Cristianos de Alcoy, agradecía al Gobierno central su sensibilidad hacia el hecho de que «el único kilo de pólvora del que podían disponer hasta ahora los festeros era insuficiente para participar en los dos Alardos que celebramos en la ciudad».

Tras destacar que el reglamento ha tenido en cuenta la mayor parte de las alegaciones planteadas por la propia Asociación y el Ayuntamiento, indicaba que «vamos a trabajar para ajustarnos de inmediato a las novedades y que los festeros puedan disponer de los cuatro kilos de pólvora que según el reglamento nos pueden corresponder al haberse diferenciado el Alardo de la mañana y de la tarde».

Los responsables festeros consideran que los cambios introducidos, con la obligación de la licencia de armas para disparar, pueden provocar una merma momentánea de participantes, aunque a medio plazo están convencidos de que aumentarán.