El embajador moro, Juan Javier Gisbert, y el cristiano, Ricard Sanz protagonizaron ayer una vibrante batalla dialéctica en el ensayo de las Embajadas de las Fiestas de Alcoy. Decenas de personas presenciaron el ensayo celebrado en la sede de la Filà Guzmanes.

No faltaba ningún detalle en el escenario. En una parte de la sala, los banderines de la Filà Chano (que ostenta la capitanía mora) y la Filà Verds (que ostenta la alferecía mora) además de la media luna y, enfrente, una fotografía del castillo vestía el «balcón» y las banderas de la cruz ondeaban en la fortaleza imaginaria.

Los espectadores pudieron contemplar, en primer lugar, la embajada mora en la que Gisbert interpretó extraordinariamente mientras en la fortaleza estaban el sargento cristiano, Javier Lerma; el capitán cristiano de la Filà Almogávares, Luis Pastor; el alférez cristiano de la Filà Navarros, Gabriel Barrachina; mossèn torregrosa, Roberto Pérez y el embajador cristiano, Ricard Sanz.

Después, cambió la escenografía con protagonismo del sargento moro, Daniel Méndez; el capitán moro Fidel Mestre; el alférez moro, José Jaime Bernabéu y el embajador Gisbert en el castillo ficticio. Frente a ellos, el embajador cristiano, con una brillante declamación, pidiendo la rendición de los moros.