La caída de un edificio de seis plantas en ruinas en la calle El Camí ayer a mediodía acrecentó los problemas de tráfico que sufre actualmente la ciudad tras el cierre del puente Fernando Reig y el paso parcial por la calle Alicante. La vía pública estuvo restringida a la circulación durante cinco horas, lo que obligó a abrir la plaza del Campus de la UPV como itinerario alternativo y desviar a los peatones por la Glorieta para acceder a la Zona Alta.

Unos agentes de la Policía Local patrullaban por la zona después de las doce del mediodía cuando detectaron que una grieta que cruzaba de arriba a abajo la parte trasera del inmueble del número 15 de la calle El Camí caían piedras. Una situación de la que alertaron de inmediato y acordonaron la zona, ya que veían que el derrumbe era inminente. De esta manera, los agentes fueron desviando el tráfico en la plaza de España hacia el Viaducto o por la calle San Lorenzo, prohibiendo la subida por la calle San Nicolás mientras que los viandantes debían de ir por dentro de la Glorieta para evitar pasar por debajo del edificio afectado, que está junto al jardín municipal, como medida de seguridad. Ante este contexto, el Ayuntamiento abrió la plaza de Ferrándiz y Carbonell para que los conductores tuvieran una alternativa para acceder a la Zona Alta y poder ir también hacia la autovía. Actualmente, la salida hacia Alicante se encuentra en una situación provisional, ya que el puente de Fernando Reig se encuentra cerrado tras detectarse problemas en los tirantes y en la calle Alicante, que se habilitó como salida alternativa, se registró un desprendimiento que también ha obligado a cerrar un carril. Aparte de las dificultades en el tráfico, en la zona cero la raja se iba haciendo más grande y se podían escuchar los ruidos del movimiento que se producía en el interior de la construcción hasta que a las 13.03 horas, como pudo comprobar este diario en directo, cayó gran parte del inmueble provocando una gran nube de polvo.

En ese momento, en el solar que hay justo detrás, contiguo a la calle San Rafael, estaba el edil de Seguridad, Raül Llopis; el edil de Obras y Servicios, Jordi Martínez; el intendente jefe de la Policía Local así como más agentes y técnicos del Ayuntamiento que presenciaron también en directo cómo se desplomaron las plantas del edificio que estaba deshabitado y en mal estado de conservación.

Es el segundo derrumbe que se produce en menos de un mes en el mismo sitio. El pasado 20 de enero, y tras el temporal, se caía la casa del número 13 de la calle El Camí que, en esos momentos, estaba ocupada de manera ilegal por unos inquilinos que pudieron salir antes de la catástrofe. Un edificio en el que casi ya no queda ninguna pared alzada después de que en las ultimas semanas se llevaran a cabo trabajos de desescombro. Ahora, la varita del desprendimiento ha dado en el número 15, cuya parte posterior es una montaña de piedras. Nada más producirse el siniestro, operarios pasaron a demoler aquellas partes que tenían peligro de descolgarse y está previsto que hoy sigan los trabajos para seguir derribando el edificio, según informó el edil de Seguridad, Raül Llopis.

Asimismo, una vez se aseguró que no cayeran más cascotes, la Policía Local procedió, sobre las 17.45 horas, a restablecer el tráfico en la calle San Nicolás y El Camí, de modo que se alivió la circulación, sobre todo en el centro de la ciudad.

El Ayuntamiento, asimismo, desalojó a un vecino que vive en el número 19 de la citada calle como medida de seguridad y alerta que los inmuebles colindantes al siniestrado, también en ruinas, presentan problemas en sus infraestructuras.