El último temporal ha acrecentado la degradación del conjunto de arqueología industrial del Molinar en Alcoy. La combinación de lluvia, nieve y viento se ha llevado por delante un gran muro de la fábrica del Molí de Tort, mientras que en el resto de edificios fabriles también se han registrado desperfectos. La falta de inversiones está acercando peligrosamente a este complejo, declarado BIC y considerado la cuna de la industrialización valenciana, a una situación irreversible.
El origen del conjunto industrial del Molinar hay que buscarlo en el siglo XV, cuando se empezaron a instalar molinos harineros y batanes junto al río del mismo nombre para aprovechar la fuerza del agua. El caudal permanente, con fuertes desniveles, favoreció el establecimiento de fábricas de papel y textil sobre todo a finales del siglo XVII, configurando el primer núcleo de la industrialización valenciana y uno de los primeros de España. A mediados del siglo XIX se contabilizaban nada menos que 49 empresas.
Sin embargo, la progresiva incorporación de la electricidad propició que a partir de los años sesenta la zona empezase a ser abandonada, instalándose las fábricas en el casco urbano de Alcoy. El exilio ya era total en 1980, si bien diversos investigadores y arqueólogos llamaron la atención sobra la peculiaridad y la importancia del conjunto. También la Universidad de Alicante se implicó en este aspecto, hasta el punto que se redactó un plan director para la recuperación del conjunto con proyectos concretos como un museo valenciano de la industrialización, o la consolidación y recuperación de fábricas para uso turístico. De forma paralela, la Generalitat procedía en 2005 a declarar la zona como Bien de Interés Cultural (BIC) en la categoría de conjunto histórico.
Al amparo de esta labor, se llevó a cabo la rehabilitación de la antigua fábrica de Els Solers, la única que se mantiene en la actualidad en unas condiciones aceptables de las doce fábricas que se contabilizan en el BIC. Las dificultades para adquirir propiedades y, sobre todo, la falta de presupuesto, han llevado al conjunto a una degradación casi irreversible.
En este contexto, el último temporal de lluvias, nieve y viento registrado este pasado mes de enero ha tenido consecuencias muy negativas. El Molí de Tort, anexo al Molí de la Figuera, ha visto cómo uno de los grandes muro que se mantenían todavía en pie, justo al lado de la chimenea, se ha venido completamente abajo.
Se trata de una fábrica situada en el margen izquierdo del río Molinar, justo enfrente del salto de agua, y que ya funcionaba en 1842 como batán.
En lo que respecta al resto de las edificaciones fabriles, también han registrado desperfectos en mayor o menor medida como consecuencias de las inclemencias meteorológicas, en una dinámica progresiva y de momento imparable, que está llevando a todo el conjunto a una situación ciertamente preocupante.
El Ayuntamiento ha colocado en los últimos tiempos carteles informativos con fines culturales y turísticos, e incluso mesas y bancos para excursionistas junto a la bóveda del manantial de la que se abastece la mayor parte de la red de aguas de Alcoy. También se ha procedido al cerramiento de la fábrica de Els Solers, que en los últimos tiempos estaba siendo víctima de los expolios.
El nuevo PGOU de Alcoy, en fase de aprobación, contempla la incorporación de todo el BIC del Molinar para su consolidación y rehabilitación. Habrá que confiar en que para entonces no sea demasiado tarde.
