Las falsificaciones provocan una caída del 16, 6% en las ventas de juguetes y un 13,7% de empleos en el sector, según datos de la Asociación Española de Fabricantes del Juguete (AEFJ) que el delegado del Gobierno, Juan Carlos Moragues, ha querido subrayar con el fin de lanzar un mensaje a la ciudadanía para que se conciencie de no adquirir imitaciones. El dirigente, asimismo, destaca que el Estado lucha por impedir que las falsificaciones salgan al mercado. Así lo indicó ayer durante su visita a Ibi, donde, acompañado por el alcalde, Rafael Serralta, y por el presidente de la AEFJ, José Antonio Pastor, conoció los artículos que se muestran en el Museu Valencià del Joguet y la oferta que presenta la empresa ibense Injusa.

«Mi presencia en Ibi es para mostrar el apoyo del Gobierno al sector juguetero», dijo Moragues, mientras destacó que el 44% de la industria juguetera en España está en la provincia de Alicante, especialmente en Ibi, Onil y Castalla. En este sentido, Moragues puso el acento en la «calidad, innovación, diseño y formación» que ofrecen los fabricantes y que hacen que «sea un sector competitivo, en crecimiento y que exporta». Y, a pesar de la crisis económica, los resultados van siendo ascendentes y el sector prevé cerrar el año con un «incremento del 6% aproximadamente» de facturación, indicó.

José Antonio Pastor, en esta línea, explicó que el «50% de la facturación de todo el año» es gracias a las ventas que se realizan durante este mes y «si se repiten los patrones, la próxima semana estará en torno al 10%».

Con todo, hasta el pasado mes de octubre las ventas en el mercado interno aumentaron un 7% superando los 360 millones de euros, mientras que las exportaciones llegaron a los 211 millones de euros en el primer semestre, un 5,99% más, según la información facilitada.

La cara gris de estos datos positivos y del problema al que se enfrenta el sector y las administraciones generales del Estados radica en las falsificaciones de juguetes. Moragues pidió a la ciudadanía que no adquiera «falsificaciones» y que las personas sean conscientes «de la seguridad del juguete», una cualidad que «si adquieren una imitación, no está garantizada».

Pastor, en este punto, explicó que «es difícil diferenciar las falsificaciones en el mercado» pero dio algunas pistas «que pueden ayudar a tomar mejores decisiones como consumidor», tales como «acudir a establecimientos de reconocido prestigio y que merezcan confianza, fijarse en la información que llevan las cajas y las recomendaciones que indique el fabricante». Otra indicativo que debe disipar dudas sobre si es el producto original o una imitación es «en productos aparentemente iguales si hay una diferencia excesiva de precio suele esconder un comportamiento desleal».

El delegado del Gobierno argumentó que desde la administración general luchan contra las falsificaciones «mediante inspecciones que afloren imitaciones que atentan contra la propiedad industrial», de ahí que se desarrollen controles por parte de Inspección de Trabajo, la Agencia Tributaria y el servicio aduanero. También quieren erradicar este problema «con el objetivo de acabar con las pérdidas económicas y de puestos de trabajo». Actualmente, como se ha explicado, las falsificaciones merman un 16,6% de la facturación y un 13% de ocupación en el sector juguetero.

El delegado del Gobierno insistió en que los consumidores deben «apostar por la calidad, el diseño y la innovación de nuestra industria juguetera».

El presidente de la AEFJ, por último, señaló que «una empresa realiza un esfuerzo para renovar el 65% del catálogo cada año para salir al mercado» y que la aparición de falsificaciones perjudica al sector. Según sus palabras, «desincentiva mucho a las empresas a ser responsables, innovadoras, punteras en el mercado, a incorporar nuevas tecnologías y a abordar proyectos nuevos si tienes una competencia desleal que merma esa actividad».