La gloria en medio mundo y su trabajo mantuvieron a Camilo Sesto alejado de Alcoy, adonde regresaba circunstancialmente, sobre todo por vínculos familiares. En las últimas dos décadas, su presencia había sido muy esporádica. «He venido hace no mucho tiempo», resaltaba el viernes tras el homenaje, relatando que, ante del acto, había acudido a los sitios en que «viví, estudié y canté y hasta El Collao».

Sin embargo, el primer contacto se había producido a última hora del jueves, con su entrada a la ciudad, en coche, donde le sorprendió la luces. Asimismo, «he visto Alcoy muy grande, con muchos edificios», indicó, en una velada en la que se insistió una y otra vez en su «alcoyanía», en tanto exhibía con orgullo la medalla de oro. «A partir de ahora me veréis más», anunció, en tanto reiteró y cantó una y otra vez «El meu cor és d'Alcoi». m. candela