La Unió de Llauradors ha avanzado que la cosecha de aceitunas de la provincia se reducirá este año un 40% como consecuencia de la sequía, lo que traerá consigo importantes pérdidas económicas. Este es el motivo por el que la asociación agraria reclama un esfuerzo a las administraciones públicas para evitar el abandono de más explotaciones.

La Unió de Llauradors hizo público ayer un comunicado en el que informaba que la previsión de cosecha para la campaña del olivar, que pronto iniciará su campaña de recolección, apunta a un descenso del 40% en el conjunto de las zonas productoras de la Comunidad Valenciana.

La asociación estima así una cosecha de 17.346 toneladas, frente a las 28.893 de la campaña anterior. Esta bajada obedece fundamentalmente a la sequía que sufre todo el territorio, lo que provocó un cuajado irregular de la aceituna en primavera y ahora comportará un bajo rendimiento del aceite.

El principal descenso se prevé en la provincia de Valencia, con una producción que será un 75% inferior a la anterior, lo que supone «una de las peores campañas de la historia» según los olivocultores. En la provincia de Alicante la cosecha, en principio, será un 40% menor que la pasada, mientras que en Castellón se prevé un descenso del 5%.

En el contexto estatal, sin embargo, las previsiones indican que la cosecha podría incrementarse un 1%.

La fuerte y persistente sequía que se arrastra sigue pasando factura a las diferentes cosechas del campo tanto provincial, en particular, como valenciano, en general. En el caso del aceite, un informe de La Unió alertaba hace unas semanas de unas pérdidas de cerca de 25 millones de euros en el conjunto de la Comunidad.

Con estas previsiones, la citada organización profesional agraria reclama un esfuerzo a las administraciones, tanto al Gobierno Central como a la Generalitat, para compensar las pérdidas por la sequía y evitar así el abandono de más explotaciones agrícolas.

Entre otras medidas, La Unió solicita la concesión de ayudas directas, ayudas de minimis, reducciones del módulo fiscal, condonaciones del IBI, bonificaciones de los pagos de las cotizaciones a la Seguridad Social o el establecimiento de préstamos ICO con intereses subvencionados.

Las pérdidas en la oliva se sumarán a las ya registradas en otros sectores importantes, como es el caso de la cereza o la almendra.