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Gaianes

Un humedal convertido en secarral

La albufera lleva un año seca por la falta de lluvias sin que el Consell haya canalizado las dos fuentes que garantizarían su conservación

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La Albufereta de Gaianes lleva un año seca por la falta de lluvias

Lo que llegó a ser un paraíso para las aves y los peces lleva ya un año convertido en un auténtico secarral. La Albufera de Gaianes ha pasado a la historia, al menos de momento, debido a la persistente falta de lluvias, y todo ello mientras la Conselleria de Medio Ambiente sigue sin canalizar las dos fuentes que hubiesen permitido su supervivencia.

La albufera volvió a aflorar en 2004, después de un largo periodo de tiempo en que era desecada de forma artificial para aprovechar los terrenos sobre los que se asentaba como zona de cultivo. La rotura de la tubería que servía para drenar el agua motivó el regreso del humedal, que se ha mantenido mostrando los mejores de sus aspectos hasta el verano pasado, cuando la sequía propició su desaparición.

Hoy, un año después, la zona se ha convertido en un secarral, y por supuesto la fauna piscícola, caso de la carpa, el black bass o el pez mosquito, han desaparecido, al igual que aves tan valiosas como el ánade real, somormujo, lavanco, zampullín chico, polla de agua, garza real, garza imperial, gaviota reidora, garceta común, martín pescador o cigüeñuela, entre otras.

Cabe recordar que la Generalitat apostó en un primer momento por la conservación de este espacio natural, como lo demuestran los 700.000 euros que se invirtieron en una serie de trabajos para la restauración medioambiental que afectaron a las cinco hectáreas de este ecosistema. En concreto, se eliminó una caseta situada en el centro de la albufera, se habilitaron dos isletas como refugio de las aves y se construyó una pasarela de madera y un observatorio.

Restaba una segunda fase dirigida a canalizar dos fuentes situadas en el polígono de Gaianes y el Barranc de la Font, intervención dirigida a garantizar la permanencia de la lámina del agua y evitar, como ha sucedido, que se pudiese secar en épocas de sequía. El alcalde, Agustí Martínez, lamenta que esta actuación siga pendiente «por falta de fondos». El primer edil espera que «pueda retomarse el proyecto, porque es una lástima perder un espacio como este tanto a nivel medioambiental como turístico». También queda pendiente la restauración de la masía, que se pretendía usar como centro de visitantes y sede de las brigadas del Serpis y el Benicadell.

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