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Proyecto Microviñas

El maridaje del vino con la ética

La bodega Celler La Muntanya repercute sus beneficios en los agricultores que cultivan las uvas

El maridaje del vino con la ética

La bodega Celler La Muntanya es la impulsora del proyecto Microviñas, produciendo vinos en base a plantaciones de uva de pequeñas proporciones, y remunerando a los agricultores de forma justa. Se trata, según destaca el director de la entidad, Juan Cascant, de una fórmula de desarrollo económico justo y sostenible: «Si yo gano, tú ganas», enfatiza.

Un ejemplo de ello la constituye Toni, un viticultor de Gaianes que no lo tenía claro al principio, pero que finalmente accedió a conservar una microviña centenaria de malvasía. De estas uvas procede el vino «Naturalment Dolç», que actualmente tiene una puntuación de 94 en la Guía Peñín. Con cada premio o subida de puntuación, la bodega gana prestigio y reconocimiento, y eso se refleja en las ventas.

Y también en la remuneración de Toni de manera proporcional. «Su caso es una muestra inequívoca de lo que supone apostar por el desarrollo territorial y la conservación del paisaje autóctono, dado que la decisión que tomó para no arrancar la viña fue crucial. Toni ha conseguido que la uva recolectada sea nuestro tesoro y, en este sentido, él es el verdadero protagonista del éxito del vino», afirma Cascant.

El Celler La Muntanya considera de que las normas administrativas y comerciales del sector se han creado a la medida de las grandes bodegas y a las pequeñas les cuesta encajar. No obstante, su crecimiento y circunstancias singulares le permiten comportarse de forma «transgresora».

Cascant destaca que para obtener un vino de alta calidad lo más importante es la uva, y que eso significa que los agricultores deben ser remunerados de forma justa. Según sus palabras, «cuando el volumen de uva recolectada cruza cierto umbral, o cuando es premiada y sus ventas aumentan de forma considerable, por razones éticas que serían las obvias, hay que incrementar también el precio que pagamos a nuestros productores».

Otro caso similar ocurrió con la variedad tinta bonicaire que criaba Fernando en su microviña de Montcabrer. Esta uva autóctona y, generalmente, de escasa producción, se ha utilizado por la bodega para elaborar un vino original de gran éxito de ventas que a día de hoy se encuentra prácticamente agotado. Gracias a esto, Fernando ha visto cómo se ha duplicado el precio por kilo de su cosecha, y lo ha hecho, además, de forma retroactiva. «Si no fuera así, ganaría sólo la bodega, siendo Fernando y el cariño que pone en el mantenimiento de las vides el auténtico protagonista de este éxito», concluye Cascant.

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