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La provincia de Alicante registra una media de 90 seísmos al año

La UA los detecta con una estación en la Foia, un acelerógrafo en Santa Pola y dispositivos móviles

El técnico Juan Luis Soler muestra la antena y los dos GPS que hay arriba de la torre. juani ruz

La provincia de Alicante registra una media de 90 seísmos al año. Así lo constata regularmente la Unidad de Registro Sísmico de la Universidad de Alicante (UA), la cual dispone de un sistema de detección de terremotos compuesto por una estación con sensores en el parque natural de la Font Roja, un acelerógrafo en Santa Pola e instalaciones temporales en diferentes puntos de la provincia de Alicante.

A la espalda del santuario de la Font Roja la Unidad de Registro Sísmico de la UA, la cual colabora con el Instituto Geográfico Nacional y el Consorcio Provincial de Bomberos, dispone desde diciembre de 2008 de una estación con sensores. Se trata de una antigua torre eléctrica en la que hay un foso de aproximadamente dos metros de profundidad. Dentro se instaló en su momento un sensor anclado a la roca, cuyo objetivo es registrar los movimientos del suelo.

A través de un cable se extrae la señal analógica y pasa a un equipo que la digitaliza y la envía al Instituto Geográfico Nacional por GPS y, de forma inmediata, desde allí la envían a través de internet a la Unidad de Registro Sísmico de la UA, tal y como explica el técnico Juan Luis Soler.

La estación se abastece con la energía de las instalaciones de la Font Roja, pero, además, cuenta con una batería para que en caso de producirse un corte o una avería en el suministro el sistema pueda continuar registrando los movimientos sísmicos.

«Aquí registramos los terremotos locales y los compartimos con el Instituto Geográfico Nacional y, además, estamos integrados en redes mundiales», indica Soler, quien destaca que hay toda una red de información sobre seísmos.

Tal y como publicó ayer INFORMACIÓN, el sur de Valencia y la provincia de Alicante son las zonas más expuestas tanto de la Comunidad Valenciana como del conjunto del territorio nacional, siendo, a su vez, la Vega Baja el área de mayor riesgo. En este espacio geográfico se registran entre 80 y 90 seísmos al año.

En este sentido, el técnico de la UA destaca la importancia de diferenciar entre magnitud e intensidad, entendiendo la primera como «la medida objetiva del tamaño, es decir, cuánta energía ha generado» y la segunda está relacionada con «cómo se siente, cómo lo nota la gente». A modo de ejemplo, explica que «pueden haber terremotos de mucha magnitud, pero que al producirse muy profundos son de muy poca intensidad».

Además de la estación de banda ancha de la Font Roja, la Unidad de Registro Sísmico de la universidad cuenta con un acelerógrafo en el Centro de Investigación Marina de Santa Pola para movimientos fuertes y varias instalaciones temporales que van cambiando de ubicación.

El profesional asegura que en la actualidad «no se puede predecir un terremoto», pero que sí se está trabajando en la alerta temprana para proteger la zona. Para ello, se instalan sistemas de registro «próximos» al lugar, por ejemplo el mar. «Los terremotos tienen ondas primarias (P) y ondas secundarias (S), si tenemos un detector en el mar, cuando llega la onda P tenemos unos segundos para cuestiones vitales como cortar el gas, la luz o detener los trenes».

El técnico coincide con el director del departamento al destacar que «esta zona es de menor riesgo sísmico que en la que se ha producido el terremoto de Italia» e insiste en que «hay mucha actividad, pero eso es bueno porque se libera la energía poco a poco».

Si bien los mapas de riesgos sísmicos se basan en los terremotos históricos, también es cierto que hasta hace aproximadamente 50 años no se registraban este tipo de movimientos y los datos disponibles se basan, sobre todo, en testimonios.

En este punto, Soler recuerda que a través de la página web de la Unidad de Registro Sísmico de la UA cualquier persona puede contar qué ha notado, cuándo y cómo. Estos datos sirven de guía para valorar la intensidad del seísmo. Asimismo, diariamente los técnicos ofrecen información de los movimientos que el complejo sistema va registrando.

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