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Recursos hídricos

Los pantanos se secan

El embalse de Beniarrés presenta un aspecto desolador con el nivel más reducido en 20 años

Pintaba mal el verano para las reservas hídricas de la provincia de Alicante, y los peores presagios han terminado cumpliéndose como consecuencia de la aguda y prolongada sequía. El estado actual de los pantanos es sencillamente agónico, con un embalse de Beniarrés que presenta un aspecto desolador con el nivel más bajo en los últimos 20 años, y unas reservas también bajo mínimos en el caso de Amadorio y Guadalest.

La sequía más larga e intensa que se recuerda está teniendo efectos totalmente perniciosos para las reservas hídricas de la provincia. Si ayer ya se daba cuenta a través de estas mismas páginas de la complicada situación que viven algunos municipios de El Comtat y la Marina Baixa, que se están abasteciendo con camiones cuba al haberse secado sus pozos, la realidad es igualmente crítica en el caso de los pantanos.

La cosa ya pintaba mal a principios del mes de junio, toda vez que los embalses de Beniarrés y Guadalest sólo se encontraban al 23% de su capacidad y el de Amadorio al 16%, y eso con todo el verano todavía por delante.

Como cabía esperar, las lluvias han seguido brillando por su ausencia a lo largo de todo el estío, con lo que los pantanos han visto como sus reservas han ido menguando de forma paulatina.

El estado más crítico lo presenta en estos momentos Beniarrés, que a apenas un 7% de su capacidad y 1,9 hectómetros cúbicos de agua embalsada, tiene el nivel más bajo de los últimos 20 años. Fue precisamente en el verano de 1996 cuando este embalse se quedó con las reservas más bajas de toda su historia, con sólo 0,2 hectómetros cúbicos almacenados. Para encontrar registros peores que los actuales habría que remontarse igualmente a 1964, cuando albergaba 0,3 hectómetros, o a 1961, en que se quedó en 1,8. El resto de ejercicios siempre ha contado con niveles más elevados. El año pasado por estas mismas fechas el embalse se encontraba al 15% de su capacidad, lo que suponían 4,16 hectómetros cúbicos.

El aspecto actual del pantano es simplemente desolador, con el paredón de la presa mostrándose más que nunca y unas orillas agigantadas y repletas de grietas, que evidencian la sed de una tierra completamente reseca.

La finalidad de este embalse es la de regular las crecidas del Serpis, río que en la actualidad se alimenta casi exclusivamente del agua procedente de las depuradoras de Alcoy, Cocentaina y Muro, toda vez que sus afluentes están secos o bajan con poquísimo caudal. También suministra agua para el riego, principalmente a los agricultores de la comarca valenciana de la Safor, que contemplan el futuro con pesimismo.

El pantano de Guadalest, por su parte, se encuentra al 15% de su capacidad con 2,05 hectómetros cúbicos. Se trata de un porcentaje ligeramente inferior al del año pasado, cuando el embalse estaba al 16%. En este caso habría que retroceder hasta el año 2001 para encontrar un registro más bajo, dado que en ese ejercicio almacenaba 0,9 hectómetros.

El embalse de Amadorio, situado entre los términos municipales de La Vila y Orxeta, es el único que se encuentra mejor que el año pasado, y eso a pesar de que está al 9% de su capacidad con 1,54 hectómetros cúbicos de agua almacenados. En cualquier caso, este pantano partía de unos registros negativos difíciles de igualar, toda vez que en el verano de 2015 llegó a estar técnicamente seco con sólo 0,5 hectómetros cúbicos, que suponían un porcentaje del 3%.

Tanto Guadalest como Amadorio están destinados al suministro agrícola y también al urbano, concretamente de la zona de Benidorm, Finestrat y La Vila. Afortunadamente, estos municipios, que se encuentran en plena ocupación coincidiendo con la temporada turística, tienen otras alternativas de suministro como la procedente de la Mancomunidad de Canales del Taibilla.

Hay que hacer referencia, por último, al embalse de la Pedrera, situado en el término municipal de Orihuela, pero que en este caso no se abastece de forma natural a través de los ríos, sino que recibe las aguas procedentes del trasvase Tajo-Segura. En la actualidad está al 35% con 87 hectómetros cúbicos. Municipios como Alicante y Elche, además de toda la Vega Baja, se abastecen de estas reservas.

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