El Campus de Alcoy de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) vivió ayer una tarde histórica por partida doble. Primero, porque se dedicó formalmente el nuevo edificio a la directora fallecida Georgina Blanes, en un acto casi íntimo en el que el rector Francisco Mora apenas pudo acabar sus palabras, embargado por la emoción. Después, porque se congregaron más de 1.500 personas en el pabellón polideportivo para la entrega de 400 diplomas de fin de estudios y los premios a los más destacados, en un ambiente de clara fiesta.

En la puerta principal, en presencia de la familia de la directora -de hecho su hija Georgina recibió su diploma-, del actual responsable Juan Ignacio Torregrosa y de un reducido número de personas, próximas a la homenajeada o al Campus, se descubrió el letrero. El rector destacó el carácter completamente inusual de que la UPV dedique un edificio a una persona, atribuyéndolo en este caso al carácter combativo de Georgina Blanes para conseguir su construcción. Aplausos y lágrimas de emoción cerraron este emotivo acto.

A renglón seguido, ya en el interior, entre un lleno absoluto, los 400 egresados en los seis grados y cuatro másteres fueron accediendo y recibiendo los diplomas acreditativos, en la mayor parte de los casos en presencia de sus familiares.

Con carácter preliminar se habían otorgado los premios a los mejores trabajos de fin de grado a Míriam Achau, Hilario Alfonso Barver, Mario Muñoz, Héctor Tull Andrés Ruiz, Andrea Elena Fota, David Bautista Rodríguez, Zicri Aziel Montiel y Victoria Sanz Buades.