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Los parques se defienden de los herbívoros

Medio Ambiente prepara un plan para controlar el arruí en la Font Roja, al tiempo que capturará las cabras de Montcabrer en Mariola

Los parques se defienden de los herbívoros

La Conselleria de Medio Ambiente va a confeccionar un plan con el objetivo de controlar la población de arruíen el parque natural de la Font Roja, al mismo tiempo que tiene previsto trasladar las cabras que se han asentado en la cima del Montcabrer, en la Sierra de Mariola. Desde el departamento autonómico se alega que se trata de especies invasoras que están compitiendo con las autóctonas, y que además causan daños a la vegetación.

Los parques naturales de la Font Roja y Mariola han celebrado en las últimas semanas reuniones de sus respectivos consejos rectores, las primeras que se celebran desde la toma de posesión del nuevo gobierno autonómico. En ambos casos, además, tuvieron lugar las primeras tomas de contacto con la realidad de los nuevos gestores, entre ellos los presidentes que se estrenaban en los cargos. Además de darse a conocer las memorias de actividades y los planes a abordar en el futuro, en ambos encuentros estuvo sobre la mesa la necesidad de controlar las especies invasoras que se han asentado en los dos espacios naturales.

En la Sierra de Mariola la preocupación recae sobre la población de cabras que se ha asentado justo en la cima del Montcabrer, que están dejando materialmente «pelado» uno de los puntos más emblemáticos del parque natural. El presidente, Xavi Anduix, explicaba que «se trata de 20 0 25 ejemplares que no son autóctonos, y que se están comiendo toda la vegetación. Por lo tanto es un tema que se tiene que abordar».

Aunque no se han concretado de momento los detalles de la operación, en principio está previsto proceder a la captura de los animales para su traslado a un lugar que está aún por determinar.

En lo que respecta a la Font Roja, el problema se centra en el arruí, una especie también invasora y para la cual la Conselleria de Medio Ambiente había elaborado un mapa en la que se establecen zonas de control y exclusión en el conjunto de la Comunidad Valenciana. Con todo, estas medidas contrastan con las opiniones de determinados colectivos, como los cazadores o los defensores de los herbívoros, que defienden el mantenimiento de este animal por su valor cinegético y también por el hecho de que consumiendo la vegetación ayuda a prevenir los incendios forestales.

El asunto fue abordado en la reunión del consejo rector celebrada la semana pasada, y según explicaba el presidente, Jordi Tormo, «la Conselleria se ha comprometido a presentar a lo largo de este año una metodología de trabajo para controlar la población, bajo la premisa de que la presencia del arruí entra en conflicto con otras especies autóctonas y con la vegetación». Junto al arruí, también se tiene que controlar la población de jabalí, para lo cual de forma periódica se organizan cacerías.

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